Aunque los primeros ordenadores personales se originaron en los años 70, fue en el década de los 80 cuando estos ganaron popularidad y empezaron a distribuirse en mayor medida en todo el mundo. Entre los fabricantes de ordenadores se encontraba la compañía Commodore, la cual rompió moldes en 1982 con su C64, uno de los ordenadores mejor vendidos del momento. Al C64 le siguieron otros ordenadores de la compañía, entre ellos la familia de Amiga, la cual destacó por sus increíbles prestaciones. El modelo más vendido de esta familia fue el A500, un modelo más asequible que otros de la misma familia pero igualmente con una gran capacidad gráfica y sonora que lo hacía perfecto para aplicaciones multimedia y, por supuesto, videojuegos. En este artículo os voy a hablar de un libro dedicado a este portento tecnológico de los 80.