Guía de The Devil Inside
La Biblioteca
Solución
La sala contigua al salón era el comedor. Deva abrió la puerta con la llave correspondiente y contempló el desastre: el suelo, que flotaba un par de metros por encima de los cimientos, se había derruido, por lo que la única manera de recorrer la estancia era a través de los estrechos puentes de madera situados en los extremos de las paredes. En la base del comedor, un grupo de zombies vigilaba el ansiado televisor. Se regeneraban de forma continua, por lo que Deva debía esquivarlos para guardar su avance. También encontró algunos cartuchos de munición en las rampas.
La única puerta del pasillo que aún no había abierto era la de la biblioteca. Allí reposaba una especie de joya rojiza engarzada en el suelo, que servía para enviar las almas de vuelta al Infierno. Deva se situó encima y devolvió a Lucifer los destellos verdes que había capturado al abatir a los zombies.
Extenuada por el esfuerzo de transmisión espiritual, Deva decidió transformarse en Dave otra vez para descansar. (NOTA: aunque aquí se mencionen las transformaciones, esto depende del jugador).
En la biblioteca, Cooper encontró un botiquín, algo de munición, un poco de papel, y un mapa del ático. Unas huellas de bisagras certificaban que la baldosa que había pisado en el pasillo, había liberado un compartimente secreto, en el extremo opuesto de la biblioteca. Fue así como pudo recuperar más botiquines y cartuchos, una cámara remota por si se estropeaba la que seguía sus movimientos, y el libro «Quién es Quién», que describía a los distintos tipos de zombies existentes en la mansión Shadow Gate. Un pulsador situado en un estante abrió el panel del ascensor. Allí encontró otro botiquín. El elevador se comunicaba con el hall de entrada, justo al lado de la fuente donde no hace mucho se había transformado en Deva por primera vez.
Por suerte, las nuevas estancias que iba explorando dejaban al descubierto nuevas puertas que le permitían adentrarse cada vez más en las entrañas de la mansión. Night no podía andar muy lejos...
La biblioteca daba paso a una pequeña sala de cine. Unos escalones subían hasta la máquina de proyección, junto a unos estantes. Allí recuperó algo de munición, el Libro del Futuro y accionó la palanca que subía el telón. La puerta cercana servía de antesala a la pantalla cinematográfica. El lugar estaba protegido por varios zombies-araña, por lo que tuvo que emplearse a fondo para derrotarlos. Al morir, dejaron caer más cartuchos de munición. También aprovechó la ocasión para grabar el programa en el televisor temporal cercano.
Volver arriba