Guía de The Devil Inside
El Invernadero
Solución
Dave Cooper había llegado a un callejón sin salida; el pequeño cine era un recinto herméticamente cerrado. Por suerte, los ataques sufridos no habían mermado su capacidad deductiva. La audiencia no tuvo tiempo de impacientarse: recordando la carta del fontanero que había encontrado en el cuarto de baño, disparó a la lata de gasolina situada en la pantalla de proyección, para abrir un agujero que llevaba a la parte de atrás del telón. Allí encontró la palanca que abría un mecanismo oculto tras un póster de la pared. Llevaba directamente al invernadero.
En aquella amplia sala, en otro tiempo luminosa y resplandeciente, pero ahora totalmente destruida, moraba el zombie volador que le había dado la bienvenida al entrar por primera vez en la mansión. Montando en su silla eléctrica, podía acabar con la vida de Cooper en pocos segundos, gracias a las ametralladoras que accionaba desde el respaldo de la silla. Era una suerte que Deva no estuviese allí, pues poco podía hacer ante el alto poder destructor y la rapidez de aquel temible engendro del Infierno.
Para el regocijo de los espectadores, Dave desefundó su arma más potente, y se enfrascó en un intercambio de disparos con su atacante, al mismo tiempo que esquivaba las ametralladoras rodando muchas veces por el suelo. Tras unos intensos momentos de dura lucha, el muerto viviente sucumbió para siempre, dejando detrás de si una batería y una palanca, que se materializó en el pequeño cubículo decorado por varias siniestras estatuas. Sin perder ni un segundo, el expolicía introdujo la palanca en el agujero de la columna, y así abrió un pasaje en un lateral del invernadero, que comunicaba con la planta principal, y un panel, en el lado contrario, para acceder al patio exterior.
Antes de salir a tomar un poco de aire fresco, recogió del suelo del invernadero más cartuchos y un valioso botiquín. Ambos objetos le fueron imprescindibles para enfrentarse al temible peligro que le esperaba en el jardín: ¡el mismísimo Night, el Aullador de la Noche! Los gritos de terror del público que había en el plató a punto estuvieron de perforarle los tímpanos al bueno de Cooper. El estruendo no pareció preocupar a Night, que extrajo de repente un enorme mazo con púas, y lo agitó sobre su cabeza, en dirección a las costillas del sorprendido expolicía.
Dave apenas tuvo tiempo de esquivar los mazazos del asesino en serie, mientras se echaba para atrás y disparaba sin cesar a la enorme mole. Por suerte, Night pareció cansarse pronto de la pelea, desintegrándose en el aire con una sonrisa burlona. En su lugar apareció un rollo de película. Lo introdujo en la cámara proyectora y así abrió un nuevo pasaje oculto, que conectaba con otra sección de la mansión. El programa televisivo iba a durar más de lo previsto.
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