Guía de The Devil Inside

El Complejo Minero

Solución

La paciente recolección de espíritus derrotados pronto obtuvo sus frutos: a los pocos metros de entrar en las minas, un gran abismo cortaba el avance a cualquier mortal que desease adentrarse en el complejo. Pero Deva no era "cualquier mortal". Pronunciando palabras arcanas -y, posiblemente, también malditas- que levantaron algunos susurros entre el público, la diablesa conjuro el hechizo "Alas de Diablo". De pronto, pareció encoger mientras unas alas membranosas, semejantes a las de un murciélago, le crecían en la espalda. Gracias a su nuevo aspecto, pudo superar el precipicio con elegante aleteo. Al otro lado, le cerraron el paso un par de zombies armados con escopetas, pero Deva no tuvo demasiados problemas en abatirlos con uno de sus hechizos de ataque. Continuó todo recto hasta un cartel con la palabra "Gaz", giró hacia el este, superó un montículo de arena que había en el camino, y torció a la izquierda en el primer desvío. A continuación, traspasó una puerta de hierro, caminó hacia la derecha y se topó de golpe con tres zombies voladores montados en sus sillas eléctricas. Como cabía esperar, estos no tardaron ni un segundo en disparar contra ella, pero Deva tuvo la suficiente habilidad como para colocarse de tal formar que se disparasen los unos a los otros. Ya sólo tuvo que acabar con los supervivientes para continuar.

Se situó de espaldas a la enorme vagoneta que transportaba el carbón, y tomó el pasadizo de la izquierda, hasta una puerta rotulada con el cartel de "Warning". Al otro lado esperaba una legión de zombies eléctricos. Se deshizo de ellos, dejó atrás un televisor estropeado, y continuó todo recto, hasta un insuperable abismo. En un lateral, reposaba una horripilante estatua de rostro deformado. Recordando las palabras contenidas en el Poema de la Pereza, disparó a la estatua; un nuevo pasadizo se abrió ante sus ojos.

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