El título que nos ocupa hoy es Antarctic Adventure, un clásico de Konami que se originó en MSX, un ordenador en el que está compañía hizo verdaderas maravillas, como el propio Antarctic Adventure u otros juegos como Metal Gear o Vampire Killer.

Como sabemos que lo estábais deseando, volvemos a una review de una aventura gráfica, con la no demasiado conocida ni tampoco exitosa Ringworld: Revenge of the Patriarch. Sin embargo, el mundo en el que se basa, el Mundo Anillo, sí lo es, especialmente entre los amantes de la ciencia ficción, quienes tienen a Larry Niven, su autor, en un pedestal. No confundid con el Mundo Disco de Terry Pratchett y sus adaptaciones al videojuego, de las que quizá podamos hablar algún día.

A mediados de los 80 empezó a popularizarse el género de shooter run and gun en vista aérea, impulsado en gran parte por el éxito del arcade Commando de Capcom. Después de su éxito, salieron numerosos juegos de este tipo, muchos de ellos de ambientación militar. Data East, que se atrevía con cualquier género, no quiso dejar pasar la oportunidad y creó Heavy Barrel, nuestro protagonista de hoy.

SNK fue una de las grandes compañías, no solo japonesas, si no internacionales del mundo de los videojuegos, teniendo especial tirón en el mundo de las máquinas arcade, especialmente en los juegos de lucha y shooters de scroll vertical. Uno de esos juegos fue Ikari Warriors, que contó con multitud de ports a plataformas caseras, pero que como solía suceder en aquel momento, con grandísimas de diferencia en cuanto a calidad y jugabilidad, siendo la versión arcade y la de Amiga las más destacables.

Volvemos al género de las carreras para hablar de Unirally, un curioso juego exclusivo de SNES cuyos protagonistas son monociclos que pueden correr, brincar y hacer acrobacias con gran habilidad para conseguir la mejor puntuación posible.