Guía de Alone in the Dark 3
Capítulo X
Solución
Allí estaba el doctor y una matraz, a la que eché veneno y bebí. ¡Vaya, me he hecho pequeño!, pensé inmediatamente. Rápidamente, fui a la celda, donde me hice grande... igual que el doctor.
Como pude, llené la aguja que me quedaba con veneno y se la inyecté al doctor. De su muerte, tuve el recuerdo de una llave y una paja, además de un frasco de amoniaco que había por allí.
Decidí beber de nuevo y, en vez de irme para la cárcel, me fui por una especie de puerta. Cogiendo la paja y corriendo, salté un precipicio y cogí un frasco que me guardé.
Afuera, estaba una araña de un enorme tamaño. Le eché el contenido del frasco en un líquido que parecía lava. Cuando se hizo pequeña por efecto de la poción, la aplasté con mi rudo pie. Luego, de allí, y con mucho cuidado de no quedarme pegado con la telaraña, cogí un bote de pegamento. Me lo unté y subí por una pared donde parecía haber luz.
Arriba había un monstruo duro y fuerte, Hammer, al que cogí la cabeza de encima de un mueble y la tiré por un agujero. La puerta contigua se abrió inmediatamente. De esta habitación, cogí un lingote de plomo y un frasco, que bebí rápidamente. Entré en la siguiente sala, donde estaba uno de los tipos que vi en un cartel anteriormente. Rápidamente me dirigí donde vi un frasco que también bebí. Me enfrenté al enemigo, luchando sin descanso hasta acabar con él. Soltó una peluca de cobra y una moneda de un dólar. Cerca, había un retrato de Jed Stone con una ranura, donde inserté la moneda de dólar para abrir la puerta. Bajé y cogí unas cerillas.
Creyendo ya tener a Stone, abrí la puerta y éste salió corriendo. Allí estaba hechizada Emily, y sabía que no debía tocar el sello. Como pude, puse el lingote de plomo en un aparato y luego encendí una cerilla. La piedra se llenó de plomo y Emily escapó, desmayándose después. Cogí el bastón maléfico resultante, una hoja de periódico, que explicaba la vida de Stone; un pergamino, que daba una nueva pista; y una caja de cartuchos.
Me metí por la nueva puerta, y me di cuenta de que era una trampa. Después de matar a otro monstruo y coger su cuchillo, lancé el frasco de amoniaco contra la puerta para despertar a Emily que, al final, consiguió detener la trampa. Emily escapó por otro pasadizo, dejándome solo ante Stone. Algo me decía que iba a ser difícil acabar con él.
Usando la peluca de cobra abrí la puerta para quedarme cara a cara con los hermanos Elwood y Stone. Corrí hacia un águila y, en el centro, coloqué el bastón acabando con los hermanos Elwood, que habían aparecido allí. ¡Ya sólo quedaba Stone!
Cuando estuvo alejado, me hice con un guante y, cerca, abrí un grifo. Después, me puse el guante y, con el cuchillo, rompí un cable. Salí corriendo donde estaba el águila y, cuando Stone estuvo cerca de donde yo había preparado una trampa, los espíritus de los indios lo atacaron dejándole sin vida.
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