Guía de Alone in the Dark 3
Capítulo IX
Solución
Así, caminé con cuidado hasta llegar a la última baldosa. Aquí me armé con el pico y corrí, hasta encontrarme de cara con un zombi algo perdido. Rápidamente, y sin cesar, comencé a golpearle hasta que cedió. Entré de la nueva habitación, una especie de biblioteca, donde me esperaba otro monstruo. Éste, al golpearle, me rompió el pico y tuve que golpearle con el palo hasta que cedió.
En esta sala, tuve que recoger un libro, que eran bocetos de Jed Stone donde estaban escritos sus oscuros pensamientos; un libro calcinado que no pude leer con claridad en una de las estanterías; un frasco de agua y una palmatoria, que al cogerla me dio acceso a otra sala.
Al entrar por la puerta, me encontré una aguja y, cuando crucé la puerta, me encontré con un extraño muñeco. Según el poema del presidiario, le eché agua y me abrió una puerta a un ascensor. Cuando me metí se cerró la puerta, y me encontré con una hucha de cerdito que, al romperla contra la pared, me dio un portaobjetos de microscopio. Subí, con ayuda de la palanca arriba.
Arriba, había cuatro bolas de colores en las paredes que debían activar algún mecanismo. También encontré un microscopio al que puse mi portaobjetos. Me dio la combinación de colores que debía de empujar, y así lo hice abriendo otra puerta.
Llegué y me encontré un frasco de veneno, además de un viejo doctor... aparentemente inofensivo.
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