Los fans de los videojuegos estamos acostumbrados a ver a Mario en los numerosos juegos que protagoniza. Últimamente lo vemos siempre modelado en 3D o en un 2D muy perfeccionado como el de Paper Mario, pero como es de suponer esto no era así en sus inicios.

Puedo afirmar sin riesgo a equivocarme que Goldeneye es el juego al que más horas he jugado en Nintendo 64. Tenía un sistema de recompensas y trucos muy curioso: Para poder usar un truco había que pasarse una pantalla en una dificultad específica y en menos de un tiempo fijado, y había algunos niveles que era todo un reto batirlos en menos de cierto tiempo. Esto hizo que yo pasara horas y horas perfeccionando muchas de las pantallas del juego.

Samus Aran, la famosa cazarrecompensas de Nintendo. Casi siempre la vemos en su imponente armadura, pero en casi todos los juegos de la saga hemos podido ver la bella joven que se esconde en su interior. En este cosplay podemos ver dos versiones de Samus, una de la época de NES y otra de SNES.

Hoy vamos a hablar de uno de los juegos clave en la historia de los videojuegos, y también uno de los que puso a Nintendo en el mapa como una de las grandes desarrolladoras de videojuegos del momento. Estoy hablando de Donkey Kong, una combinación de carisma y jugabilidad que revolucionó los salones Arcade de la época de los 80.