Guía de Alone in the Dark 2: Jack is Back
Gracias a Grace
Solución
Empujando un panel, Grace salió de la habitación en dirección desconocida. Llegó a una nueva sala, donde se comió un sándwich, y consiguió pimienta y unas semillas que dio al loro. El loro, agradecido, le comentó que lo que buscaba estaba en La Cocina del Infierno, en la habitación del capitán.
Grace salió por la puerta y, viendo la aproximación de un pirata, se alejó a toda prisa en dirección contraria. Se ocultó en una abertura y, mientras el pirata estaba distraído, volvió sobre sus pies y subió la escalera.
Arriba un pirata bloqueaba el paso a la cocina, y ella alzó a la cubierta.
Aquí fue rápida, y, metiéndose a la espalda del acordeonista, al parecer Music Man, se llevó un yesquero y bajó a otra habitación. Era el camarote del capitán Nichols. Cogió un pequeño cañón en miniatura, el bastón de Nichols, que estaba en una estatua suya; y una vasija de cristal. La puerta estaba bloqueada, así que Grace se las ingenió para acabar con dichoso corsario: dejó el cañón en el suelo y le introdujo pimienta, lanzó la vasija para que el corsario abriera la puerta y, con ayuda del yesquero, prendió la mecha. El pirata se hizo añicos.
En la cocina, Grace se hizo con una pata de pollo y una campanilla. Hizo sonar la campanilla, abriendo el horno y avisando a los cocineros. Rápidamente, antes de que vinieran, se metió dentro.
Sin saber cómo ni por qué, Grace se vio en la mansión. Justo en la cocina. Allí vislumbró una llave, que abría un armario cercano. El armario contenía hielo y salsa, que Grace recogió gustosa. Salió y, antes de que el guardián la capturara, tiró el hielo al suelo y se separó. El guardián cayó de bruces, desapareciendo.
En el segundo piso le esperaba otro, e hizo lo mismo, pero con la salsa. Entró a la sala de billar, donde se hizo con una ficha en la mesa. Y, por último, recogió la llave de las cadenas y un libro de vudú, ayudándose del bastón. Grace leyó ávidamente el libro, enterándose de cómo detenerlo.
Llegó al laboratorio donde, sin darse cuenta, deposito el bastón en el sello. Éste cambió de aspecto, y Grace lo recogió. Asustada y algo arrepentida, volvió a la cocina, donde un guardia la esperaba. Corrió detrás del hielo derramado e hizo caer al guardián. Por fin, Grace bajó al barco, donde fue detenida por dos cocineros bajitos.
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