Pequeños pero matones
Uno de los factores más importantes para escoger un recordando es precisamente el recuerdo que tenemos del juego en cuestión, más allá de su calidad intrínseca o de que haya pasado a los anales de la historia de los videojuegos. Sobretodo, el factor nostalgia juega un papel fundamental, ya que nos retrotrae a esa época lejana en la que éramos capaces de pasarnos horas y horas delante de nuestro ordenador o videoconsola.
Gobliiins siempre ha sido un juego al que he tenido en alta estima, sobretodo a su primera parte que es la que trataremos hoy en este recordando. Programado por la francesa Coktel Vision y distribuida por Tomahawk, esta aventura nos hará devanarnos los sesos para superar las diferentes pantallas que nos vamos encontrando.
La aventura comienza con el rey Angoulafre enloquecido debido a un muñeco vudú que le está haciendo la vida imposible. Para recuperar la salud de tan desdichado rey, controlaremos a tres goblins de lo más afables (aunque se enfadarán si hacemos las cosas mal), cada uno con sus habilidades, que deberán recolectar cuatro objetos mágicos: Asgard es un guerrero que confía todo su éxito a su fuerza bruta, por lo que es capaz de golpear o mover objetos pesados, causando su rotura, caída (de un árbol por ejemplo) y es el único capaz de escalar; Ignatius es un mago, aunque no de los buenos, ya que sus magias siempre tienen efectos inesperados, aunque nos serán útiles para progresar, entre estos efectos se encuentran los de mover objetos, hacerlos crecer e, incluso, darles vida; el tercero de nuestros goblins es Oups, quien al contrario que Asgard, confía todas sus posibilidades a la inteligencia, por lo que será el único capaz de recolectar los objetos y usarlos en los lugares adecuados.
Una vez sabemos las habilidades de nuestros goblins ya podemos empezar nuestras andanzas. El juego consiste de 22 escenarios monopantalla a modo de puzzle, independientes entre sí, que deberemos resolver utilizando a nuestros goblins. Solo podremos manejar a un goblin a la vez, por lo que en muchas ocasiones será necesario colocar a los goblins en los lugares adecuados antes de que otro realice la acción, o bien coordinarlos para que la acción de uno surta efecto en otro.
Para que no probemos a tontas y a locas, algunas malas acciones harán que la vida de nuestro goblin se reduzca, visible en la parte inferior de la pantalla, si esta barra llega al mínimo perderemos la partida. En la barra inferior, además de la vida, podremos ver el goblin que tenemos seleccionado, así como el objeto que hayamos recogido (solo se puede tener uno a la vez), los objetos mágicos que ya hemos hallado y el menú de carga.
Cada pantalla pondrá a prueba nuestra paciencia e inteligencia, pero como todas están aderezadas con buenas dosis de humor, nuestra permanente sonrisa en la cara nos hará perseverar hasta llegar a la última y salvar a nuestro rey.
Sin duda alguna uno de los mejores juegos de aventura-puzzle que pude disfrutar, que debido a su éxito dió origen a una saga que llegó hasta la cuarta entrega, aunque esta última ya no fue publicada por Coktel Vision, que fue absorbida en el 2005 por Mindscape y ésta última entrega apareció en el 2009 de la mano de Société Pollene. Respecto a la segunda y tercera entrega, la mecánica del juego es bastante similar, por lo que son igualmente disfrutables.
Como dato curioso, hay que decir que la estética de Gobliiins perduró en el seno de la compañía, hecho que se puede ver en la aventura Woodruff and The Schnibble of Azimuth, aunque ésta más que una aventura de puzzles concretos como Gobliiins, era una aventura gráfica de corte más clásico.
Si queréis disfrutar y pasar un buen rato, jugad a Gobliiins!