El regreso triunfal del fontanero
En las últimas semanas hemos recordado las dos primeras entregas de Super Mario Bros. para NES, dos juegos que subieron a NES y al personaje de Mario a lo más alto del mundo del ocio electrónico. Como no podía ser de otra forma, hoy le toca pasar por nuestra web a su tercera entrega, sin duda uno de los mejores plataformas en 2D de todos los tiempos.
Super Mario Bros. 3 fue lanzado en nuestro continente en el año 1991 (casi 3 añazos después que su lanzamiento en Japón, eran otros tiempos...) para NES, y por supuesto creado bajo la dirección de Shigeru Miyamoto, con la colaboración de Takashi Tezuka. Koji Kondo fue de nuevo el encargado de la composición musical, realizando un trabajo excelente como de costumbre. La aceptación del título fue simplemente bestial, tanto en la crítica, que lo declaró como uno de los mejores títulos hasta la fecha, como en el público, vendiendo cerca de 18 millones de copias en todo el mundo.
El desarrollo del juego duró más de dos años, una exageración comparado con la duración de los desarrollos de la época. Este largo desarrollo sirvió para crear un juego con una curva de dificultad muy ajustada, una jugabilidad endiablada, decenas de escenarios y enemigos diferentes y una cantidad de secretos realmente exagerada.
Super Mario Bros. 3 coge la idea del juego original, pero mejorándala al máximo y alcanzando los límites de NES. Controlando a Mario (y también a Luigi en el modo de dos jugadores) debemos derrotar a los enemigos y sortear todo tipo de obstáculos para alcanzar el final de nivel. En esta entrega se añade un mapa donde podemos elegir el siguiente nivel que queremos jugar. Obviamente, no todos los niveles están disponibles al principio, para ir desbloqueando niveles debemos completar los niveles anteriores, pero el mapa nos permite en algunas ocasiones poder elegir diferentes caminos y seleccionar los niveles que mejor nos vayan. Además, desde el mapa podemos usar objetos que hayamos recogido en las fases especiales de bonus que hay distribuidas por el juego, y de esta forma hacer más fácil los niveles.
Este título incorpora una mejora técnica que hace ofrecer al juego unos niveles mucho más completos y con un diseño realmente espectacular. SMB3 no solo tiene scroll horizontal, sino también scroll vertical. Esto hoy en día es algo totalmente normal, pero en su momento hizo que los jugadores de entonces alucináramos con él.
Como en muchos otros juegos de Mario, en SMB3 encontramos ocho mundos, cada uno con una temática diferente. Todos los mundos tienen un encanto especial, pero hay que destacan sobre otros, como el Mundo Gigante (mundo 4), donde todas los enemigos y objetos son más grandes de lo normal, el Mundo de las Tuberías (mundo 7), lleno de tuberías por todos lados, o el Mundo Oscuro (mundo 8), lleno de maquinaria de guerra y donde las cosas se nos pondrán realmente difíciles. En cada mundo tenemos un jefe final al que derrotar, los conocidos Koopalings, esbirros de Bowser, y por supuesto al terrible Bowser como monstruo final del juego.
Los power-ups también están presente en esta entrega, y cogen una fuerza que quedará presente en muchísimos juegos posteriores. Estos power-ups son los conocidos disfraces, unos trajes que otorgan a Mario habilidades muy útiles. El más famoso de estos trajes es el de mapache, que permite volar a Mario, explotando el scroll vertical que he comentado antes. Otros power-ups son los que ya conocimos en su primera entrega: la seta, la flor de fuego y la estrella, y también otros nuevos como el disfraz de rana, el de hermano martillo y la bota para poder pisar pinchos. Cuando un enemigo nos hace daño, se quita el power-up, y si nos vuelve a herir Mario se hace pequeño. Curiosamente, en la versión japonesa del juego, cuando tenemos un disfraz y un enemigo nos da, Mario se hace pequeño directamente, haciendo más difícil el juego de esta forma.
Como he comentado anteriormente, el juego tiene una cantidad de secretos abrumadora. Todo tipo de niveles secretos y bloques ocultos están distribuidos por los escenarios, normalmente para conseguir vidas extra que nos ayuden a no llegar a Game Over (y como buen juego clásico, una vez muertos, teníamos que empezar desde el principio otra vez). Además, aquí se introdujo la flauta mágica, unos objetos bastante difíciles de encontrar que nos permitían elegir mundo y llegar al final del juego de forma muy rápida.
Super Mario Bros. 3 es un juego atemporal que siempre podremos rejugar y disfrutarlo igual que cuando fue publicado en el año 91, ya sea en su versión original o en algunos de sus reediciones, como la de SNES o GBA, donde se mejoran gráficos y se da la opción de guardar partida. Sin duda uno de los mejores juegos que se han realizado, y por qué no decirlo, también uno de mis juegos favoritos.