En octubre del año pasado saltó la noticia de que la empresa de animación Disney se hacía con el imperio Lucasfilm del magnate George Lucas, haciéndose así con franquicias tan preciadas como Star Wars o Indiana Jones.
En la operación entraba LucasArts, la filial de desarrollo de videojuegos que todos conocemos, una de las compañías más exitosas en la primera mitad de los 90, un auténtico símbolo de toda una generación.
El proceso de reestructuración que Disney inició de toda la estructura empresarial recién adquirida se ha llevado por delante a tan mítica compañía, puesto que Disney apuesta por la externalización y el licenciamiento, así que no necesitaban tener un equipo de desarrollo propio. Se amparan en que hay mayor riesgo si ellos se encargan de todo el proceso, desde el desarrollo hasta el lanzamiento.
A pesar de que LucasArts no era ni la sombra de lo que fue, hoy es un día triste para los amantes de los videojuegos puesto que uno de los estandartes de la industria dice adiós, probablemente para siempre.