La aventura caballeresca
En el año 1983 la compañía Indescomp, una de las pioneras en el desarrollo de software de entretenimiento en España, lanzaba Fred (Roland on the Ropes en el Reino Unido), un magnífico juego que traspasaba las fronteras nacionales y se convertía en éxito en Europa, especialmente en territorio británico.
Tres años más tarde, los autores de Fred programaron Sir Fred, para la recién creada compañía Made in Spain, con el objetivo de superar en todos los aspectos a su antecesor y, a tenor de las críticas que se llevó el juego, lo superó con creces. Por si fuera poco, volvió a convertirse en un éxito internacional, algo que en aquél entonces era todo un hito.
A pesar de que el personaje comparte nombre y la fisonomía del personaje, uno no es continuación del otro. En el primero, Fred es un intrépido arqueólogo (profesión que estaba de moda gracias a la película Indiana Jones en Busca del Arca Perdida), mientras que en el segundo es un caballero medieval.
La premisa del juego es que Sir Fred debe adentrarse en el castillo de los Beni-Gómez, donde se encuentra retenida su amada. El juego disponía de un completo mapeado con diferentes rutas a tomar, mientras que la princesa podía encontrarse en varios sitios del mapa según la partida, al igual que sucedía con los útiles objetos.
El punto fuerte de Sir Fred, fue la cantidad de acciones que el personaje podía realizar. Mientras que en la mayoría de juegos normalmente se podia andar y saltar, Sir Fred andaba, saltaba, corría, trepaba cuerdas con balanceo incluído, buceaba y practicaba la esgrima. Esto añadía una jugabilidad enorme, pero también incrementaba la dificultad, ya que debíamos aprender a controlar todas estas habilidades. Por ejemplo, si no frenábamos a tiempo mientras corríamos podíamos chocar contra una pared o caer roando por las escaleras, o balancearnos en la cuerda y saltar en el momento correcto para no caer al vacío. Mención aparte se merece el buceo, donde debíamos nadar procurando que los peces carnívoros no nos comieran.
Por si este conjunto de habilidades fuera poco atractivo, también se potenció el uso de objetos. En la mayoría de juegos de la época, éstos se limitaban a usarse como mejores armas o para sortear un obstáculo en concreto, aquí se tenían que utilizar con cabeza para acabar la aventura, algo que recuerda más a una aventura gráfica que a este tipo de juegos plataforma-aventura.
Sin duda alguna, uno de los juegos que dió lustre al videojuego español, méritos que aún hoy en día se reconocen.