Hay ocasiones que un juego en concreto nos deja huella aunque este no sea un gran producto, o incluso sea un juego mediocre. Es el caso de Postal, un título de acción muy peculiar y que no dejó indeferente a nadie, ahora veréis el motivo.
Postal fue desarrollado por Running with Scissor (Corriendo con tijeras, bonito nombre, ¿verdad?), y publicado en 1997 por Ripcord Games. Pese a ser una saga que no ha gozado nunca de una tremenda popularidad, en 2003 se publicó su segunda parte, y en 2011 la tercera, que por cierto, no goza de muy buena crítica.
Además, el celebre director Uwe Boll, famoso por hacer versiones cinematográficas sin mucho acierto de videojuegos, se animó a rodar una película basada en esta franquicia que se estrenó en el año 2007. Curiosamente, Postal es una de sus películas con mejor crítica.
¿Que tiene Postal que lo hiciera tan llamativo y controvertido en su momento? Ningún tipo de argumento y violencia totalmente gratuita por todas partes. En el juego controlamos a "the Postal dude", que en un ataque de furia decide cargarse a toda la ciudad con el arsenal del que dispone. Esto quiere decir poder masacrar tanto a enemigos armados como a pobres civiles que se pongan a tiro, acabando cada escenario en un verdadero baño de sangre.
El juego se controla desde tercera persona, con una vista aérea isométrica, donde podemos ver los enemigos cercanos y la munición en el escenario para poder planificar bien nuestro ataque. Como bien he dicho, el objetivo de Postal es simple, durante los distintos niveles tenemos que matar como mínimo a un cierto porcentaje de enemigos armados para que se desbloquee la salida para el siguiente nivel. Por supuesto, para acabar con nuestros enemigos disponemos de un gran número de armas, que van desde la ametrelladora básica, de la cual tenemos munición infinita, hasta cócteles molotov y bombas.
En definitiva, Postal es un juego con una temática bastante desagradable que puede alertar a más de uno, pero hay que tener en cuenta que no es más que un buen juego para descargar adrenalina en frente del PC sin tener que rebanarnos mucho los sesos.