La pesadilla de Mike Dawson
Dentro de la época dorada de las aventuras gráficas, existen ciertas creaciones que se escapaban de los géneros habituales, el cómico (Monkey Island, Day of the Tentacle, Sam & Max), el policiaco/detectivesco (Police Quest, Blue Force, Sherlock Holmes) y el fantástico (Curse of Enchantia, Legend of Kyrandia). Entre ellas se encuentra Dark Seed, probablemente una de las aventuras gráficas point & click más perturbadoras de aquella época.
El juego está basado en una obra de H.R. Giger, un escritor, pintor y escultor sueco caracterizado por sus trabajos de ciencia ficción donde predomina el tono oscuro y sombrío mezclado en ocasiones con lo macabro. Algo que le viene como anillo al dedo al juego.
En Dark Seed nos ponemos a los mandos de Mike Dawson, un escritor y publicista de éxito quien recientemente ha comprado una mansión en Ventura Drive, en la pequeña localidad de Woodland Hills. En la primera noche que pasa en la mansión, Mike sufre una terrible pesadilla donde se encuentra preso de una máquina que le inyecta un embrión alienígena en su cerebro. Tras despertarse, sufre un fortísimo dolor de cabeza, pero tras tomarse unas aspirinas y un baño decide investigar la mansión, donde encuentra indicios sobre la muerte del anterior propietario. Asimismo, revela la existencia de un universo paralelo llamado Dark World, gobernado por siniestros alienígenas llamados Ancients.
El juego se presenta mediante una interfaz sencilla point & click clásica, pasando con el botón derecho las acciones que podemos realizar y con un inventario esencial para el transcurso de la aventura. El punto fuerte y diferente del juego, era que las pistas y objetos que encontrásemos en un mundo nos podían ser útiles en nuestros viajes al otro mundo.
Sin embargo, el juego disponía de un timing para realizar ciertas acciones y, pasado este tiempo, si no habíamos conseguido nuestro objetivo el juego podía quedar en un estado en el que no podríamos progresar, quedando atascados sin remedio. Este hecho, como es lógico, fue duramente criticado ya que podía hacer perder al jugador mucho tiempo innecesariamente.
En el aspecto visual, Dark Seed destacó mucho en su época, sobretodo gracias a su juego de luces y sombras perfectamente aplicado y a la digitalización de actores en movimiento reales para su posterior aplicación en la animación del personaje. Pero sobretodo, el gran trabajo de H.R. Giger con sus artworks, envuelto de ese mundo tan macabro y demencial tan propio del artista.
En definitiva, Dark Seed fue una notable aventura gráfica que se vió algo lastrada por alguno de sus fallos que la alejó de la excelencia, pero que sin duda alguna la convierten en una aventura estimable para cualquier amante del género.