El genio de las aventuras conversacionales
En la edad de oro del software patrio hay varios personajes fundamentales. Uno de ellos lo tratamos en un anterior Recordando, el inolvidable Paco Menéndez, y otro de ellos fue Andrés Samudio, el mayor creador de aventuras conversacionales de nuestro país, y uno de los más prolíficos de Europa.
Sin embargo, lo más curioso de Samudio es que sus conocimientos académicos no provenían de sectores tecnológicos como la propia informática o las telecomunicaciones. Antes de dedicarse al mundo de las aventuras conversacionales se marchó a Estados Unidos para estudiar Antropología y después Medicina, especializándose en Pediatría.
En territorio americano descubre varios tipos de juegos prácticamente inéditos en España, como los wargames, los juegos de rol, los juegos por correo, algunos juegos de inteligencia y fantasía y, finalmente, las aventuras conversacionales, que a la postre serían sus juegos preferidos. Este primer contacto se produce mediante ujna revista inglesa, donde descubrió el Quill, parser de aventuras conversacionales creado por Graeme Yeandle. Con el tiempo afirmó que las que más le gustaron fueron las de Level 9, la serie Zork, The Pawn y Guild of Thieves.
El conocimiento de Samudio sobre el tema, y el incipiente interés por este tipo de aventuras, llevo a que MicroHobby lo contratara como colaborador, publicando el primer artículo de El Mundo de la Aventura en 1987, en el número 146 de la revista. Esta nueva sección se dedicaría a dar a conocer a los aventureros españoles las aventuras del género (aunque también se trataron juegos de rol, por correo y MUD's), haciendo análisis exhaustivos de las principales casas anglosajonas. Gran parte de la jerga utilizada hoy en día procede de las lineas de esta sección.
Como caso curioso, cabe decir que el nombre completo de Andrés era Andrés Roberto Samudio Monro, que acortaba como Andrés R. Samudio. Pues esta R. solia cambiarla en cada entrega de la sección con palabras como Refrescante, Rumiante...
Debido al éxito de la sección y al incremento de seguidores de las aventuras conversacionales, Microhobby decidió crear la sección El Viejo Archivero, donde el propio archivero junto a Hebilla de Calatayud y su mascota Yiepp, respondían desde los Cárpatos a dudas de los aventureros, principalmente para resolver dudas acerca de cómo avanzar en ciertas partes de las mismas.
Un poco más tarde, Andrés decidió llamar a las puertas de Dinamic, y ofrecerle la aventura que había programado, a la que había titulado La Diosa de Cozumel. La compañía ya había pensado la posibilidad de tener una filial dedicada al desarrollo de aventuras, y se lo hizo saber al propio Andrés. Al final, Samudio compró la marca AD (Aventuras Dinamic) a Dinamic y decidió crear Aventuras AD, una compañía dedicada exclusivamente al desarrollo de aventuras conversacionales, con grafistas y programadores propios, siendo éstos también los accionistas de la empresa.
En este punto, Samudio decide viajar a Gales para realizar una entrevista con Tim Gilberts, autor de PAWS, quien le convenció para que crease su parser propio que permitiese también la conversión a los diferentes modelos de ordenador existentes en ese momento. El resultado fue el DAAD, quien contó con la ayuda del propio Gilberts, contratado durante un año para desarrollar la herramienta y que la plantilla de Aventuras AD aprendiera a utilizarla. La inversión fue grande, dos millones y medio de pesetas de la época, pero la compañía esperaba amortizarlos pronto publicando una media de seis aventuras anuales que, a la postre, no sería posible.
En el 1989 publican su primera aventura bajo el sello Aventuras AD, a la que llamarían La Aventura Original, basada en el juego de Willie Crowther y Don Woods. Tanto ésta como posteriores entregas serían acogidas con gran entusiasmo por parte de la prensa especializada.
Además de desarrollar software, Aventuras AD hizo mucho por la comunidad, siendo Samudio su pieza más importante. Publicaron una versión traducida del PAWS, organizaron el Concurso de Aventuras de Microhobby y crearon el Club de Aventuras AD (CAAD), que ha llegado hasta nuestros días.
Por desgracia, la creación del DAAD sería un auténtico lastre para la compañía, debido a su alto coste, entrando en problemas económicos. Estos se agravaron cuando algun programador se marchó debido al retraso en los pagos de los salarios. Como puntilla final, Dinamic no llegó a pagar la última aventura.
Finalmente, en el año 1993 la compañía cerró sus puertas, tras el intento frustrado de vender el DAAD por un millón de pesetas. Andrés decidió abandonar la producción de aventuras conversacionales, ya en completo desuso debido al empuje de las aventuras gráficas, y volvió a su profesión de toda la vida, la pediatría.
Los juegos que publicó durante su estancia en el mundillo fueron:
- Supervivencia (El Firfurcio) (1988)
- La Aventura Original (1989)
- Jabato (1989)
- La Diosa de Cozumel (1990)
- La Aventura Espacial (1990)
- Los Templos Sagrados (1991)
- Chichen Itzá (1992)