Mi nombre es Bond, James Bond
Si tuviera que elegir como favorito un juego de Nintendo 64, o incluso del género de FPS, ese juego seguramente sería Goldeneye 007. Este juego me tuvo enganchado a la consola muchísimas horas, tanto en su modo de un jugador, el cual me pasé en todos los niveles de dificultad, como en multijugador, uno de los más divertidos a pantalla partida de la época.
Goldeneye fue un juego en exclusiva para Nintendo 64, desarrollado por Rare, que en aquella época era second party de Nintendo. Fue el año 1997 cuando la gran obra maestra de Rare salió en las tiendas y encadiló tanto a la prensa como a los usuarios.
El juego está basado en la película Goldeneye del famoso agente británico James Bond, compartiéndo el argumento con esta. En esta aventura, James Bond debe detener a una organización que pretenden utilizar un arma satélite para sembrar el caos.
Este argumento le sirvió a Rare para crear una de las mejores distribuciones de niveles que he visto en un videojuego. Goldeneye tiene 20 niveles, de los cuales 18 son de la película y otros 2 especiales de películas anteriores. El punto fuerte viene en la elección de la dificultad de los niveles. La dificultad que elijamos no solo influye en la rapidez de reacción de los enemigos o el daño que nos causan, sino que cada nivel de dificultad tiene sus propios objetivos, aumentando el número cuanto mayor es la dificultad. Por ejemplo, en el primer nivel en nivel Agente (fácil), lo único que tenemos que hacer es infiltrarnos en la base, en cambio en nivel Agente 007 (difícil) debemos también colocar un modem y interceptar datos. Esto hace que el juego ofrezca nuevos retos en cada nivel de dificultad.
Jugablemente el juego cumplía perfectamente en su época, aunque ahora este control se ha quedado algo anticuado con la evolución de los controladores y los FPS. Independientemente del control, el juego ofrece una gran cantidad de situaciones que no nos dejan tiempo para aburrirnos. En Goldeneye encontramos fases de sigilo, de acción, de persecución manejando un tanque, de sabotaje... todas ellas creadas con un diseño muy cuidado.
Además, en el juego encontramos una enorme cantidad de armas que podemos manejar, unas 30 en total, cada una con sus características, como velocidad de disparo o daño que causan. Desde un cuchillo o una pistola con silenciador para las fases de sigilo hasta un lanzacohetes para cuando nos tenemos que poner serios. Como buen juego de James Bond, los gadgets no faltan, como un reloj de muñeca que tanto nos da información de la misión como nos permite detonar minas por control remoto.
La inteligencia artificial de los enemigos también fue un punto fuerte en su época, mostrando unos patrones de comportamiento bastante razonables. Por norma general, los enemigos van patrullando tranquilamente por los niveles si no nos detectan ya sea por ruido o por que nos ven. En caso de ser detectados, pueden desde atacarnos directamente hasta buscar cobertura, o correr a dar la alarma para que vengan refuerzos a acabar con nosotros.
Goldeneye es un juego irrepetible, salió en el momento justo para sorprender tanto por sus gráficos como por todas las novedades jugables que ofrecía. Años más tarde salió Perfect Dark, un sucesor espiritual que también fue muy bueno y superaba a Goldeneye, pero no impactó tanto como este. Después se han hecho remakes y refritos de Goldeneye, pero eso ya es otra historia.