Porque la guerra nunca fue tan divertida
Todos aquellos que llevamos ya unos años en el mundo de los videojuegos, recordamos con mucho cariño y admiración un irreverente juego de acción/estrategia, que hizo que nos pasaramos horas y horas delante de nuestro PC (o plataforma favorita) intentando llevar a Jules, Jops, Stoo y compañia a la gloria, completando las diferentes misiones. Estamos hablando del mítico Cannon Fodder.
El juego vino precedido por dos polémicas: una referente al uso de la amapola como símbolo del juego, puesto que era utilizada por los veteranos de la I Guerra Mundial, y otra por la supuesta glorificación de la guerra y su excesiva violencia. Ambos ataques venían de medios de comunicación que nada tenían que ver con el mundo de los videojuegos, pero lo peor de todo, estaban completamente infundadas.
Cannon Fodder es todo lo contrario, una crítica feroz a la guerra y el juego está repleto de muestras de ello. El primer punto lo encontramos en el título, es un término informal militar para denominar aquellas vidas prescindibles ante el fuego enemigo, ya sea por intentar tomar posiciones estratégicas de forma suicida o por guerra de desgaste, como las trincheras en la I Guerra Mundial. Fodder es aquella comida que se da al ganado, y cannon es un cañón, asi que literalmente es comida para los cañones, lo que en los países castellano-hablantes conocemos como carne de cañón.
Otra muestra es la intro del juego, donde se muestran a los creadores del juego ataviados con uniformes militares de forma informal y cómica (incluso con máscara de Mario). Y por dar un último ejemplo, el eslogan del juego: "La guerra nunca fue tan divertida".
Dejando los temas extrajugones a parte, el juego empieza en una pantalla que muestra el centro de reclutamiento, un camino por el que van llegando los nuevos reclutas y una colina donde irán apareciendo las tumbas de aquellos soldados que vayan cayendo en combate (dependiendo del rango, la tumba será diferente). Estos reclutas serán las vidas del jugador, si en algún momento nos quedamos sin, perderemos la partida.
Una vez reclutados, los valientes soldados serán subidos a un helicóptero que los llevará al inicio de la misión. Para cada misión se dispondrá de 1 a 8 soldados, armados con una ametralladora con munición infinita, granadas y lanzacohetes para derribar edificios y vehículos.
Podremos definir estratégicamente grupos de soldados, pudiendo manejar uno y parapetar a otros en posiciones estratégicas para que la IA los controle. Los objetivos de las misiones son variados: eliminar a todos los enemigos, destruir todas las edificaciones o rescatar a todos los rehenes.
Deberemos cumplir el objetivo con al menos un soldado en nuestras filas. En caso de fallecer todos, deberemos repetir la misión con nuevos reclutas, con el agravante de que el rango de los soldados no será el mismo, y por lo tanto su cadencia de disparo y precisión tampoco.
Al final de cada misión se nos enseñará un listado de Héroes de la Batalla, donde veremos como ascienden de rango aquellos supervivientes, y un listado de los Caídos, en modo homenaje.
Sin duda alguna, desde este artículo recomiendo a todos los lectores amantes de estos juegos que si no lo han jugado que lo hagan, y si lo han hecho ya sabrán por qué. En las retinas de todo gamer que lo han probado, ha quedado esos gráficos de soldados cabezones ametralladora en mano, disparando a los malvados enemigos.
Mención aparte merece la música del juego, compuesta y cantada por el desarrollador líder del juego, y por el músico Richard Joseph (tenéis vídeo incluído).
Porque como decía en el eslogan del juego: "War never has been so much fun" (La guerra nunca había sido tan divertida).