A la conquista de América
Corría el año 1994 cuando el genio de los juegos de estrategia, Sid Meier, decidió lanzar uno basado en la conquista/colonización de América, Sid Meier's Colonization.
El juego vino precedido por el abrumador éxito de Civilization y pronto captó la atención de todos los estrategas, que veían en este nuevo juego una oportunidad inigualable de saciar su sed. Y no defraudó.
Al inicio debemos escoger una de las cuatro civilizaciones más importantes de la época, cada una con una característica especial: los españoles expertos en conquista, los holandeses grandes comerciantes, los franceses con mejor trato con los nativos indios y los ingleses con profunda agitación religiosa que permitirá embarcar a más gente hacia el nuevo mundo.
Por lo tanto, nos ponemos al mando de un enviado del Rey que zarpa hacia América con el objetivo de colonizar y conquistar para gloria patria estas nuevas tierras.
Una vez llegados al Nuevo Mundo, el jugador deberá utilizar a sus pioneros para fundar su primera colonia, parte fundamental del desarrollo del juego. En las colonias podremos construir diferentes tipos de edificaciones, cada una con un uso específico: mejorar la productividad agrícola, la obtención de materias primas como el hierro o la plata, construcción de barcos o artillería, producir agitación religiosa para obtener nuevos colonos que quieran zarpar hacia el Nuevo Mundo, producir campanas de la libertad para fomentar el espíritu independentista, armas para el ejército, y un largo etcétera.
Por otra parte, el jugador iba disponiendo a lo largo del juego los llamados Padres Fundadores, que daban una bonificación extra al jugador, como mejorar la relación con los indios o permitir la construcción de aduanas para evitar los boicots reales, entre otras cosas.
El juego tiene varios objetivos, expandir nuestro imperio a base de comerciar con nativos y otras potencias extranjeras, o bien a sangre y fuego utilizando el poderío militar y naval. Sin embargo, el objetivo final del juego era conseguir la independencia para tus colonias, socavando el sentimiento conservador y monárquico mediante las campanas de la libertad. Una vez alcanzado un sentimiento independentista suficiente, el jugador podía firmar el acta de Independencia que iniciaría una guerra contra las tropas leales al Rey.
El juego plasmó de forma muy fiel el manejo de un imperio colonial en tierras americanas, envuelto todo en una banda sonora increíble para la época, mezclando canciones indias con canciones propias de la Vieja Europa.
Sin duda alguna, uno de los mejores juegos de estrategia por turnos aparecido en la época, y que todo gamer estratega recordará con cariño y admiración.