Salta sin parar!
Hoy vamos a coger la máquina del tiempo y nos vamos a ir lejos, muy lejos, concretamente hasta 1983 (esto es edad totalmente pretérita en el mundo de los videojuegos) para hablar, si no ando errado, del que probablemente sea el primer éxito del software español, La Pulga, también conocido como Bugaboo en el Reino Unido, la génesis de lo que luego sería lo que tantas veces se ha denominado La Edad de Oro del Soft Español.
Indescomp, cuna de programadores
Como os podréis imaginar, cuando una industria no está desarrollada, es muy difícil para quienes se quieren dedicar a ese mundo encontrar trabajo, un lugar donde empezar. En ese lejano 1983, no es que la industria no estuviera desarrollada en España, es que era prácticamente inexistente, pero no solo aquí, si no en general, puesto que los videojuegos aún eran una rara avis en la sociedad y su penetración en los hogares era ínfima, al contrario que en la actualidad, donde los videojuegos es, por mucho, la industria del entretenimiento que más dinero mueve.
Sea como fuere, siempre hay compañías pioneras, y ese título le viene al pelo a Indescomp, quienes se encargaron de distribuir software en un mercado donde muchos de los presentes no sabían ni qué era eso. Pero no se limitaron a solo eso, también publicaron libros de programación y, lo que más nos interesa, la creación de videojuegos. Bajo el mando de Paco Suárez, quien programó el juego del que hoy hablaremos, crecieron otros programadores gracias a su apoyo en la distribución y en el ofrecimiento de ciertas estructuras empresariales que ayudaron, entre otros, a Paco Menéndez, Carlos Granados y Fernando Rada con Fred (no confundir con Sir Fred).
El éxito británico
Uno de los grandes hitos que se consiguió en esta industria española en pañales fue el éxito del videojuego en el Reino Unido, por mucho el principal mercado en Europa. Si a esto le sumamos que José Luis Domínguez, uno de los cabecillas de Indescomp, consiguió la distribución en exclusiva del Amstrad CPC, el despegue del sector estaba servido. No en vano, Indescomp sería absorbida por la propia Amstrad poco después, convirtiéndose en Amstrad España.
Salta como una pulga
Nos ponemos a los mandos de una simpática pulga que llega al planeta Cebolla-7 a bordo de una nave. Nuestro objetivo es conseguir salir del planeta, dando saltos hasta encontrar la salida. ¿Parece fácil, no? Pues no lo es tanto. Antes de seguir, he escuchado en varios lugares que el factor fundamental del juego, los saltos de la pulga, se le ocurrió al ya citado Paco Suárez mientras hacía pruebas con un algoritmo para describir una parábola. No sé que de cierto hay en eso, pero ahí queda.
Podemos mover a nuestra pulga lateralmente y, con nuestro salto, deberemos ir subiendo a través de las rocas, salientes y ramas, hasta llegar al nivel 1, es decir, la salida del planeta Cebolla-7. Cuando hablo de nivel, me refiero a que empezaremos el juego en el nivel 80 y pico, que no es más que el nivel de "profundidad", por decirlo de alguna manera, en el que nos encontramos, teniendo el indicador en la parte inferior de la interfaz. Cada vez que saltemos, veremos que ese indicador aumentará, pero si fallamos alcanzar alguna roca o saliente, o si chocamos y empezamos a caer, ese contador volverá a aumentar, indicando que nos volvemos a encontrar más lejos de la salida.
Y es en el salto donde deberemos poner toda nuestra atención. En la parte inferior de la interfaz hay una barra que nos indica como de potente es el salto que vamos a realizar, fundamental para el éxito o fracaso en nuestro ascenso hacia la cima. Básicamente, lo que suele pasar son dos cosas: o que nos quedemos cortos para llegar a la roca o saliente en un nivel superior, o que choquemos contra algún obstáculo en lugar de aterrizar en tierra firme.
Por si fuera poco, hay un ¿dragón? ¿pterodáctilo? (nunca he tenido muy claro que es) que vaga por el planeta y, cuando nos detecta, vendrá a por nosotros, por lo que tendremos que huir ya que, si llega a tocarnos, nos matará.
Evidentemente, la mecánica del juego es muy sencilla, pero teniendo en cuenta el año en el que nos encontrábamos, el desarrollo de la mecánica del salto está muy conseguida y el juego es entretenido. Además, tiene una importancia capital como hemos explicado al principio, en el desarrollo de los videojuegos en España. Muchos de los que tuvieron relación con Indescomp acabarían en alguna de las compañías que vinieron después.
¡Larga vida a La Pulga!