Rescatando trenes en el Far West
Konami fue una de las compañías más prolíficas en el mundo de las máquinas recreativas. Muchos de sus títulos dejaron huella en los jugadores de la época, los cuales aún recordamos estos juegos con gran cariño. Uno de sus juegos más recordados es Sunset Riders, un título basado en el Salvaje Oeste y el cual ya recordamos hace bastantes años en esta humilde web. No obstante, este no fue el primer juego de Konami con esta temática, ya que antes vinieron Badlands y Iron Horse. Hoy vamos a hablar del segundo, el cual es un juego de acción que nos pone en la piel de un aguerrido cowboy.
Iron Horse fue publicado en 1986 en los salones recreativos. No tenemos datos de su aceptación entre el público, pero parece que su paso fue bastante discreto, ya que hoy en día no se suele hablar mucho sobre él a diferencia de otros clásicos de la época. En cuanto a versiones domésticas, solo fue versionado a Commodore 64, algo bastante inusual en este tipo de juegos que solían versionarse a multitud de plataformas. Por ejemplo, Green Beret, un gran éxito de Konami de 1985 con una jugabilidad similar a Iron Horse, se versionó a gran parte de las plataformas domésticas del momento.
El nombre del juego, Iron Horse, se traduce al castellano como Caballo de Hierro y es un término literario que se utilizaba para referirse a las locomotoras de vapor a principios de 1800. El título está muy bien elegido, ya que toda la partida transcurre en un tren, el cual tenemos que rescatar de una peligrosa banda de forajidos.
El juego permite partidas hasta dos jugadores jugando de forma alterna. Al empezar la partida vemos en pantalla una ruleta con tres opciones en la que podemos elegir el arma que queremos en la pantalla actual. Podemos elegir entre un látigo con bastante alcance y que daña a varios enemigos a la vez, un revolver con bastante alcance y que nos permite movernos mientras disparamos, o bien ir a puñetazo limpio, el cual tiene poco alcance pero empuja a los enemigos hacia atrás que dañarán a otros enemigos. También se diferencian en la cantidad de puntos que dan por enemigo derrotado, mientras que el látigo y el revolver dan 100 puntos, los puños dan 200 o 300 puntos según el enemigo. Elegida el arma, empezamos el rescate por la parte trasera del tren, y tenemos que ir avanzando durante cinco niveles hasta llegar a la cabeza del tren y así rescatar a los rehenes.
Disponemos de bastante libertad de movimiento, ya que podemos movernos en ocho direcciones, parecido a la jugabilidad de los beat 'em up. Además, también podemos usar escaleras que nos permiten subir al techo del tren. Nuestro personaje puede usar el arma principal sin límite para combatir a las hordas de enemigos que saldrán a nuestro encuentro. También puede agacharse para esquivar proyectiles como cuchillos, balas y lazos. Por último, podemos usar poderosas armas secundarias. Para encontrarlas, debemos derrotar a unos hombrecillos que llevan cajas con estas armas en su interior. Hay tres tipos de armas secundarias: lámparas de aceite que provocan un muro de fuego y arrasa a los enemigos, lazos que atrapan a varios enemigos y bombas que acaban con todos los enemigos en pantalla. Estas armas secundarias hay que reservarlas para momentos peliagudos, ya que son limitadas.
El objetivo del juego es simplemente conseguir la máxima puntuación posible, rescatando trenes y recogiendo botines hasta que perdamos todas las vidas. Cada vez que completemos las cinco fases de un tren, volveremos a empezar otra ronda con mayor dificultad. De hecho, ni siquiera se nos permite continuar, una vez perdemos todas las vidas tenemos que comenzar desde la primera ronda. Nos encontramos ante un juego realmente difícil, ya que los enemigos nos acosan sin cesar y por todas las direcciones. Al principio de la partida solo saldrán algunos esbirros a nuestro encuentro, pero a medida que avanzamos se añadirán también cañones que nos dispararán desde el fondo y un carruaje que nos tirará dinamita desde el frente. Hay que ir con mil ojos para que no nos alcancen, ya que perderemos una vida al primer toque, y empezaremos desde el último punto de control. Al final de cada nivel tenemos que enfrentarnos a una horda de enemigos, y si los vencemos obtendremos un jugoso botín como premio antes de seguir al siguiente nivel. Al llegar a la cabeza del tren, nos espera el jefe de la banda, al cual tendremos que vencer para rescatar el tren y dar por concluida nuestra misión. Completar una ronda supone entre 10 y 15 minutos de juego, pero la gran dificultad del juego hace que sea una verdadera proeza. El juego tiene el detalle de otorgarnos una primera vida extra a los 30000 puntos, y el resto de vidas extra cada 70000.
A nivel gráfico es muy llamativo y aguanta muy bien el tipo a pesar de los años. No es que sea muy variado, ya que toda la acción pasa en el interior de un tren, pero a pesar de eso tiene bastantes elementos que le dan variedad. Por ejemplo, hay diferentes tipos de vagones: mercancías, dormitorios, comedores, etc. Además, en el fondo vemos diferentes paisajes, como montañas o ciudades. El movimiento del tren está muy conseguido con un efecto parallax que da sensación de profundidad y todo se mueve fluido por muchos enemigos que haya en pantalla. La música está también muy conseguida, en especial el tema de la pantalla principal, el cual es una melodía que nos mete de lleno en la temática del salvaje oeste.
Curiosamente, en 1986 también se publicó Express Raider, creado por Data East, el cual se puede considerar la antítesis de Iron Horse, ya que en vez de rescatar trenes tenemos que asaltarlos. Si queréis saber más de Express Raider, podéis leer nuestro artículo aquí.
Iron Horse es un arcade divertido y exigente, de esos que requieren una gran concentración y habilidad para superar el reto que suponen. Es un clásico de Konami del que no se suele hablar mucho, pero también tiene alicientes para no dejar que caiga en el olvido.