Roger Rabbit hace de niñero
En la retro review dominical de hoy os traemos a Roger Rabbit, el simpático conejo de la Walt Disney. Antes de proseguir, hay que decir que del juego que vamos a hablar hoy no es la primera adaptación del personaje al mundo del videojuego. Tuvo tres apariciones anteriores, tanto en los ordenadores de 8 bits, como para la NES, como para la portátil de Nintendo, Game Boy.
Hare Raising Havoc, que así se llamó el juego, fue lanzado en el año 1991 para PC y Amiga. El desarrollo corrió a cargo de BlueSky Software, que también adaptó otras licencias venidas del mundo del cine (tanto convencional como de animación): Jurassic Park, Aracnofobia o Dick Tracy.
Como era de esperar, la distribución fue tarea de Walt Disney Computer Software, la división de videojuegos del gigante de la animación, renombrada muchos años después como Disney Interactive.
Pasando ya al juego, la "mamá" de Roger Rabbit tiene que ausentarse de la casa durante una hora, dejando a nuestro animoso Roger al cargo de Baby Herman, un bebé travieso que en el primer despiste desaparecerá de nuestra vista. El objetivo del juego es encontrar a Herman antes de que la "mamá" vuelva a casa, con el consiguiente broncazo que nos puede caer. El juego tiene tiempo limitado para ser completado: una hora. El tiempo restante irá apareciendo en forma de reloj en la interfaz cada vez que cambiemos de pantalla o al conseguir tiempo extra.
El juego básicamente es una aventura/puzzle, es decir, en cada estancia de la casa deberemos resolver el puzzle interactuando con los objetos en pantalla, ya sea usándolos directamente o utilizando otros objetos que recogeremos. Para que os hagáis una idea: en la primera pantalla la puerta por la que deberíamos pasar a la siguiente habitación está atascada, pero hay una pequeña trampilla en la parte superior. Como no alcanzamos, deberemos saltar del sofá al ventilador de techo, para salir disparados a la tabla de planchar que nos hará rebotar a un asiento movible (que previamente hemos tenido que mover) y, con otro rebote, nos colaremos por la trampilla. Por otra parte, antes hemos tenido que utilizar un imán para recoger una llave que hay en un acuario (no podremos meter la mano directamente porque el pez que custodia el acuario tiene muy malas pulgas).
La verdad es que los puzzles resultan muy ingeniosos, además de cómicos. Nos lo pasaremos muy bien en las diferentes fases de las que consta el juego. Entonces, ¿Por qué el juego no es más conocido? Pues porque es terriblemente corto. Nos devanaremos los sesos la primera vez que estemos en una pantalla, pero una vez superada, es muy fácil de recordar y habiendo tan pocas, el juego es muy poco rejugable.
Es una pena, porque muchas de las adaptaciones eran malos juegos. En este caso, me parece un juego muy entretenido, ideal incluso para los jugadores más pequeños, pero es que es tan corto que sabe a poco.