La confirmación de Revolution Software
Hace mucho, muchísimo tiempo hicimos el recordando de la aventura gráfica Lure of the Temptress (la friolera de casi diez años...), el primer juego de la revolucionaria Revolution Software, valga la redundancia. Tan solo dos años después de su primer juego con un éxito notable, lanzaron su segunda aventura titulada Beneath a Steel Sky, pasando de la fantasía medieval a un futuro con toques cyberpunk. No hace falta que os diga lo que sucedió años más tarde cuando lanzaron la excelente Broken Sword...
Sin embargo, el desarrollo del juego está ligado a una triste historia. Revolution Software no fueron los creadores totales del mismo, el título estaba siendo desarrollado por la entonces importante Mirrorsoft, en 1991, pero quedó aparcado tras la muerte por ahogamiento en un accidente de yate de su propietario, Robert Maxwell, a la que siguió el rápido derrumbamiento de toda la compañía al poco después. El juego quedó en un cajón hasta que Revolution llegó a un acuerdo con Virgin para distribuir tanto Lure of the Temptress como la versión finalizada de Beneath a Steel Sky, que por aquel entonces se llamaba Underworld. Por otra parte, el juego fue bastante caro pero las altas ventas compensaron el coste, el único pero sería que la mayoría de ellas se produjeron en Europa, costando la penetración en otros mercados, algo que en aquellos tiempos pasaba mucho, donde muchos juegos triunfaban localmente (incluso en países específicos).
Pasemos al juego. Beneath a Steel Sky es una aventura point & click que utiliza el motor Virtual Theatre de Revolution, que competía en esa época contra el todopoderoso SCUMM de LucasArts o el SCI de Sierra. Este motor ya se utilizó en Lure of the Temptress, pero fue mejorado para la ocasión.
El juego nos sitúa en una Australia futura, donde las enormes metrópolis son propiedad de grandes corporaciones, separadas entre sí por vastas tierras yermas conocidas como "The Gap". La tribu de nuestro protagonista, Robert Forster, que habita "The Gap", es masacrada por los soldados de Union City, mientras que él es capturado. Lo mantienen cautivo en un helicóptero, pero consigue escapar al estrellarse el aparato. Él y Joey, su droide, empezarán una investigación en la que descubrirán una oscura verdad sobre LINC, la enigmática computadora que gobierna la ciudad donde se encuentran.
Lo primero que hay que destacar es la estética, lo cuidado que está el juego, se nota el ideario de Gibbons, del que hablaremos más adelante, pero es que el trabajo de Revolution fue magnífico. Como comentábamos antes, interactuaremos con una interfaz point & click, tendremos el inventario clásico y, además, también deberemos interactuar con los distintos personajes a través de árboles de dialogo, que nos darán información para avanzar o para resolver algunos puzzles. Vamos, nada que no sepamos ya, pero la ambientación es tan buena y la trama tan interesante y divertida, plagada de elementos humorísticos, que si hubiera sido desarrollado por otra compañía estaríamos hablando de un juego icónico.
Como era habitual en aquellas aventuras que salieron en floppies pero que tuvieron éxito, años más tarde contaría con una versión en CD-ROM con voces digitalizadas, cinemáticas y alguna cosilla más para mejorar la experiencia de juego. También hay que decir que la versión original venía con un cómic dibujado por el famoso Dave Gibbons, uno de los artífices del juego en su faceta artística, y que hoy en día debe ser artículo de coleccionista. Como último apunte, también tuvo su versión para móviles, algo que también se convirtió en habitual cuando los dispositivos empezaron a ser más potentes y versátiles.
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