Explorando los misterios de la isla de Cozumel
Hace dos semanas escasas hicimos la review de Le Fetiche Maya, el peculiar juego de Silmarils, donde explorábamos un misterio alrededor de la mítica civilización precolombina. Este juego me hizo recordar otro que tenía en mi viejo ZX Spectrum, que en realidad era la primera parte de una trilogía conocida como Ci-U-Than. A esta primera entrega se la conoció como La Diosa de Cozumel, que nos transportará a una aventura por la (en la actualidad) isla mexicana, plagada de ruinas de la antigua civilización.
Sin embargo, esta aventura no será point & click, como las que veníamos analizando, si no que es una aventura conversacional de la desaparecida Aventuras AD, el estudio desarrollador dirigido por Andrés Samudio, especializado en la creación de este tipo de aventuras y que no sobrevivió a la irrupción de las point & click.
Nos pondremos en la piel de un arqueólogo que viaja a la isla de Cozumel, pero el viaje no puede ir peor puesto que naufragaremos y perderemos todo nuestro equipamiento, nuestro querido machete, el útil mapa... pero por perder, perderemos hasta los pantalones, llegando a San Marcos, literalmente, con una mano delante y otra detrás (inciso: las aventuras de la compañía solían tener algún toque humorístico). Seguimos: Nuestra misión será descubrir los secretos que esconde la isla y salir indemnes de los numerosos peligros a los que nos tendremos que enfrentar.
La trilogía de Ci-U-Than, en mi opinión, pertenecerían a una tercera generación de aventuras conversacionales. Me explico: la primera generación serían aquellas aventuras puramente textuales, como Zork; la segunda aquellas que incorporaron gráficos, con los que no podíamos interactuar, pero daban un contexto visual; y en esta tercera generación, además, se incluían algunas pequeñas modificaciones en la mecánica del juego, como la introducción de personajes con distintos caracteres, por lo que teníamos que tenerlo en cuenta al interactuar con ellos, un mejor sistema de inventario e, incluso, en esta se introdujo una especie de marcador que nos indicaba si nuestras acciones realizadas eran positivas o no, incrementando o decrementando dicho marcador.
Además de las citadas mejoras, el juego es una aventura conversacional pura, esto es, normalmente en la parte superior tendremos la parte gráfica, seguida de un texto explicativo de la situación de esa pantalla y la linea de comandos donde introduciremos la acción. En este caso, una de las primeras acciones que realizaremos es "poner pantalón", recordad que estábamos desnudos!
Como comentaba anteriormente, en esta tercera generación se incluía una mejora en el inventario. En anteriores aventuras, lo normal era introducir el comando que nos listaba el inventario, pero en La Diosa de Cozumel, los podremos ver gráficamente en la parte derecha, siendo mucho más cómodo saber de qué objetos disponemos.
Por otra parte, algo que tampoco era demasiado habitual en este tipo de aventuras, tendremos que hablar con los personajes, introduciendo comandos del tipo (Di a tabernero "Quiero ron"), o dar cosas a personajes, etc, pero cuidado con el sistema de caracteres introducido en el juego, nos podremos llevar una sorpresa dependiendo la acción realizada.
Una de las mayores dificultades del juego es la multitud de formas en las que podremos morir por culpa de los peligros que nos acecharán, especialmente en la segunda carga del juego.
Sin duda alguna, el juego era bastante completo dentro del mundo de las aventuras conversaciones, la calidad de Aventuras AD siempre quedaba patente, solo hace falta ver los elementos introducidos en estas aventuras conversacionales tardías y, sobretodo, el apartado gráfico, totalmente espectacular, mereciendo mención aparte la pantalla inicial de carga. Una pena que esta compañía no corriera mejor suerte comercial y que desapareciese con sólo 7 juegos en el mercado.