Primera adaptación del libro de Frank Herbert
La legendaria novela de Frank Herbert, Dune, vuelve a estar de moda tras la segunda adaptación al cine, que correrá a cargo del director canadiense Denis Villeneuve. Hace más de 25 años, el mundo de los videojuegos recibió su primera adaptación, bastante relacionada con el mundo del cine puesto que la estética seguía bastante la definida por David Lynch, en la primera adaptación a la gran pantalla que se hizo allá por 1984.
Aquí podemos establecer un cierto paralelismo: la primera adaptación al cine de la novela fue machacada (aunque hoy en día está alcanzando el estatus de película de culto) y el videojuego fue bastante incomprendido. Cryo Interactive, la compañía que se hizo cargo de la adaptación, propuso una mezcolanza de géneros que lo hizo bastante único, uniendo aventura y estrategia, algo muy original pero que echó para atrás a muchos jugadores, que no acabaron de entender la mecánica del juego y su propósito. Años más tarde aparecería Dune II: Battle for Arrakis, a cargo de Westwood, quienes apostaron totalmente por un RTS, siendo un éxito arrollador y que fue el abuelo de otros éxitos que llegarían después cómo Warcraft: Orcs & Humans o Command & Conquer. ¿Tendrá la segunda entrega cinematográfica el mismo éxito que la segunda entrega videojueguil?
La verdad es que se hace difícil explicar cómo funciona el juego, porque es algo a lo que no estamos acostumbrados. Llegamos a Arrakis con la misión de convencer a los Fremen, tribus autóctonas del planeta que viven en sietches (asentamientos en el desierto) cerca del palacio de los Atreides, para recolectar la preciada especia. Para ello contaremos, con un orni (una especie de helicóptero) que nos permitirá desplazarnos de un lugar a otro y hablar con los personajes y tomar decisiones (aquí la parte de aventura). Por otra parte, deberemos indicar a los Fremen donde empezar la recolección y equiparlos para acelerar el proceso. Las especias conseguidas serán utilizadas para equipar a los smugglers (contrabandistas) y apaciguar así al Emperador.
Sin embargo, los asentamientos mineros no duran para siempre y, antes de establecer un nuevo asentamiento, deberemos hacer las pertinentes prospecciones. Por si fuera poco, no podremos movernos eternamente en busca de nuevos yacimientos, puesto que la Casa rival, los Harkonnen, nos dificultarán nuestra expansión. Nos deberemos enfrentar a ellos, para ello podremos utilizar a los Fremen, debidamente equipados y entrenados, aunque para ello deberán confiar en nosotros, por lo que primero nuestro personaje, Paul Atreides, deberá ganarse cierta reputación y que los Fremen decidan jugarse la vida por nosotros.
La parte más importante del juego consiste en expandirnos y conseguir más y más especias, para seguir ganando reputación y poder, así cómo para equiparnos y mantener a raya a los Harkonnen y cómo traca final... conseguir convertirnos en Emperador. Para avanzar, Cryo decidió montar este sistema aventurero de hablar con personajes y tomar decisiones, algo que a la gente le costó entender y adaptarse.
Cómo no podía ser de otra manera, los míticos (y enormes) sandworms están presentes en el juego y, aunque al principio deberemos protegernos de ellos, llegará un momento que conseguiremos poderlos controlar.
Entre esta parte de aventura y la de estrategia, también cuenta con la parte de gestión, saber de qué recursos disponemos no sólo para equipar a nuestros soldados Fremen, si no para comprar nuevas cosechadoras, etc.
Sin duda alguna, Dune fue una rara avis en el mundo de los videojuegos, algo que por otra parte, Cryo siempre intentó, hacer juegos realmente innovadores.