Al calor de Dragon's Lair
En la historia de los videojuegos siempre hay algunos que, por un motivo u otro, marcan y se quedan en el recuerdo colectivo. Uno de estos juegos fue Dragon's Lair, del que ya hablamos hace casi tres años. Al calor de este gran título aparecieron otros como Guy Spy o del que hablaremos hoy, Space Ace.
El juego fue desarrollado por ReadySoft, quiene se encargaron precisamente de distribuir Dragon's Lair o el desarrollo del ya citado Guy Spy, aunque su andadura por el mundo de los videojuegos estuvo más ligada a la distribución de algunos títulos bastante conocidos cómo la primera entrega de The Patrician o Deus.
En este caso, en lugar de estar en un mundo medieval de princesas y dragones, nos trasladamos al espacio, cercano a la space opera. El argumento es el siguiente: el héroe intergaláctico Space Ace debe enfrentarse y vencer al malvado Commander Borf, quien le ha atacado con el Infanto-Ray, una temible arma que convierte en una versión adolescente de sí mismo al que recibe el impacto del rayo. La versión mini de Space Ace es Dexter, quien deberá salvar a su novia Kimberly y derrotar a Borf para salvar el mundo de sus malvadas garras.
La mecánica del juego, como ya sabréis, es muy sencilla. El juego se desarrolla casi como si una película de animación se tratase, de forma automática, y nosotros deberemos apretar las teclas para realizar ciertas acciones en el momento adecuado, generalmente se reducirá a realizar un movimiento para esquivar algun peligro o utilizar nuestra arma. Ya está no tiene más.
Muchas veces me he preguntado que dónde estaba entonces el secreto del éxito de este tipo de juegos y siempre he llegado a la misma conclusión. Técnicamente solían ser un prodigio para la época, de una factura gráfica excelente que funcionaban más cómo una película en la que el jugador podía interactuar, más que puramente como un videojuego.
La popularidad de Space Ace no ha trascendido tanto como Dragon's Lair, pero fue lo suficientemente conocido y popular cómo para que hoy en día hayamos tenido ediciones remasterizadas en plataformas cómo PlayStation 3, Wii o una versión CD para PC.
En definitiva, un juego no para viciarse si no para jugarlo y degustarlo.