Sólo para adultos
Hoy os vamos a hablar de Geisha, una rara avis dentro de las aventuras gráficas point & click y que perfectamente podría haber estado en la sección "Raroteca". El juego fue desarrollado por Coktel Vision y distribuido por Tomahawk (que no era más que una subsidiaria para la distribución) en el año 1990. La compañía aún no había explotado con su gran éxito, Gobliiins, pero ya había demostrado su inclinación por sacar aventuras para adultos, como había sucedido un año antes con Emmanuelle y con la que lanzaría un año después, Fascination, quizá la aventura más famosa de las tres.
El argumento es el siguiente: un científico loco ha raptado a la novia de nuestro protagonista, Eva, a quien quiere transformar en una especie de Geisha futurista (mitad humana, mitad máqina). Nuestro personaje deberá viajar a Japón para salvarla.
Y llegados a este punto, que aún no hemos empezado a hablar del juego en sí, la verdad es que me cuesta saber por dónde empezar, porque su desarrollo es realmente extraño. Al principio parece que estamos en una aventura point & click al uso, donde podemos interactuar con elementos del escenario y coger cosas para tenerlas en nuestro inventario para cuando llegue la ocasión, pero pronto nos daremos cuenta de que no es así y el juego acaba desarrollándose en seis actos a través de mini-juegos, a cada cual más extraño.
Cada acto viene introducido cómo un titular de una de las características que debe tener una geisha, a saber: seducción (?), caricias (!), sumisión (!!!), excitación (...), desvestirse, (en serio?), penetración (wtf), llorar (pffff) y semen (sí, para acabar a lo grande). Si ya de por sí todo esto suena a bizarrísimo, no lo son menos los minijuegos a los que nos tendremos que enfrentar:
- Minijuego en el que tendremos que saber donde derramar el contenido de nuestro cóctel sobre el cuerpo de una mujer para conseguir un objeto.
- Minijuego en el que deberemos introducir una secuencia de caricias y demás mimos para seducir a un holograma...
- Minijuego en el que deberemos vencer a un loquísimo juego de cartas.
- Minijuego en el que una mujer se lanza al mar cual sirena desnuda para recoger dos perlas que se encuentran en el lecho marino. Deberemos esquivar (o eliminar) las amenazas como tiburones o manta-rayas, mientras vigilamos nuestro nivel de oxígeno y de vida.
- Minijuego al estilo piedra, papel, tijeras en el que cada vez que ganemos una ronda podremos quitar una pieza de ropa de nuestra contrincante, hasta dejarla completamente en pelota picada.
- Minijuego en el que manejaremos una nave con forma de pene a través de un mapeado en el que nos deberemos introducir por bocas (todo tan sutil) hasta encontrar la salida.
- Minijuego en el que deberemos resolver un puzzle, moviendo unas fichas hasta conformar la figura de un dragón.
Cómo podéis esperar, todo el juego está salpicado de mujeres desnudas. Pero el tema es el bizarrismo que envuelve al juego, y es imposible pensar qué pasaba por la cabeza de la compañía cuando dió luz verde para desarrollar semejante título.
Más allá de eso, el juego en sí es bastante malo y recibió críticas de la prensa especializada bastante negativas, sin embargo, casi todas destacan su más que notable factura técnica, con unos gráficos realmente buenos para la época.
Lo mismo que suelo acabar normalmente animandoos a probar el juego analizado, en este caso os digo que no perdáis el tiempo, no merece la pena.