Recordando
Retro Review de Castlevania: The New Generation

La incursión de la saga Castlevania en Mega Drive

La mítica serie Castlevania de Konami, especialmente en sus inicios, se desarrolló casi íntegramente en plataformas de Nintendo. Sin embargo, y cómo suele pasar con tantas cosas, hay remarcables excepciones. Castlevania: The New Generation fue el título que apareció para Mega Drive (Castlevania: Bloodlines en EEUU y Castlevania: Vampire Killer en Japón), un juego a reivindicar que fue objeto de críticas por aquellos que no entienden que los videojuegos y sus plataformas no son equipos de fútbol dónde solo puedes escoger uno.

El argumento del juego es el siguiente: En el año 1917 el mal amenaza una vez más Transilvania. Una joven llamada Elizabeth Bartley, quien fue juzgada y ejecutada por brujería siglos atrás planea resucitar al "Príncipe de las Tinieblas", el Conde Drácula, una vez más. El último del linaje Belmont, John Morris, y su amigo Eric Lecarde, deben viajar a través de Europa para detener los planes de Bartley.

Nuestra primera acción es escoger personaje y aquí llama algo la atención y es que Eric Lecarde es nacido en Segovia, aunque no tenga un nombre muy español que digamos, más bien parece francés.

Desde el primer minuto de juego nos damos cuenta que estamos ante un Castlevania con todas las de la ley, con una magnífica ambientación, una magnífica jugabilidad y, en ocasiones, una endiablada dificultad. Disponemos de tres acciones: ataque, salto y ataque especial. El ataque especial va ligado al arma que tengamos en el inventario (hacha, una especie de boomerang y botellas explosivas) y que podremos ir recargando con las joyas que encontremos por el escenario, sobre todo al cargarnos las velas, algo muy típico de la saga.

La variedad de enemigos es pasmante, cada uno con sus rutinas de ataque, algunas realmente difíciles de contrarrestar. La variedad de escenarios con todo lujo de detalles también deja con la boca abierta y haré especial mención a la pantalla de la Torre de Pisa (eso sí, con el enemigo final de esa fase las pasaremos canutas).

Cómo apunte, tiene un sistema de passwords de lo más variopinto, una matriz de cuadrados con objetos del juego. En aquél entonces, necesitaríamos papel y lápiz para dibujar el password. Es más original, pero creo que más incómodo que el típico password alfanumérico.

Y el apunte negativo se lo lleva la censura. La edición europea del juego fue suavizada, dónde se destierra la palabra (y la aparición de la sangre), incluso afectando al propio título (aunque este se refiera a un linaje y no algo sanguinario).

Sin dudarlo ni un ápice, es un juegazo desde el principio hasta el final.