La Era de los Gremios
Hacer reviews de los juegos icónicos es bastante complicado. ¿Qué vamos a decir de Loom que no se haya dicho ya? LucasFilm (posteriormente LucasArts) había empezado a labrarse un nombre en el género de las aventuras con títulos como Zak McKracken and the Alien Mindbenders y, sobretodo, Maniac Mansion, que cosechó un éxito notable.
Sin embargo, esta borrachera de éxito no permitió a LucasArts dormirse en los laureles y se la jugó con una aventura gráfica diferente, con algunas particularidades que no veríamos ni antes ni después que luego explicaremos. La idea era que Loom formase parte de una trilogía denominada "La Trilogía de los Grandes Gremios" junto a Forge y The Fold, aunque como sabemos, ninguno de los otros dos títulos llegó a ver la luz por dos motivos: Loom, a pesar de ser un juego excelente, no cumplió las expectativas de ventas y el abrumador éxito de títulos posteriores como la saga de Indiana Jones o la saga de Monkey Island.
El original argumento es el siguiente: La Era de los Gremios ha llegado. El Gremio de Tejedores ha conseguido tal maestría en su oficio que han descubierto el secreto para tejer la mismísima realidad. Los otros gremios los ponen bajo sospecha, acusándolos de brujería, hasta el punto de recluirlos en una isla llamada Loom.
Bobbin Threadbare, un huérfano criado por la hechicera Hetchel, pertenece al Gremio de Tejedores. Un día, en su decimoséptimo cumpleados es llamado por los Ancianos del gremio quienes decidirán su futuro. Sin embargo, todos los habitantes de la isla, excepto Bobbin, se han convertido en cisnes... Bobbin, con las enseñanzas de Hetchel, deberá resolver el misterio y salvar al Gremio.
A priori, el juego se desarrolla como una aventura gráfica point & click clásica, utilizando el sistema SCUMM, marca de la casa. Pero aquí empiezan las particularidades. En Loom no existe un inventario, algo presente en gran parte de aventuras gráficas, si no que interactuaremos con los objetos de la pantalla utilizando hechizos. Y es aquí donde encontramos la otra particularidad.
En la interfaz, en la parte inferior, veremos el bastón mágico de Átropos, donde clicando en diferentes partes de él escucharemos las notas musicales para lanzar el hechizo. A medida que avancemos el juego, iremos aprendiendo las notas de los hechizos y qué efecto tienen (por ejemplo, hay uno para abrir objetos, otro para pintarlos de verde...). Este punto nos viene genial para explicar los tres niveles de dificultad que tiene el juego:
- Modo práctica: Cada vez que suena un hechizo, las notas aparecen en pantalla.
- Modo estándar: Cada vez que suena un hechizo, las notas no aparecen en pantalla pero se ilumina la zona concreta del bastón.
- Modo experto: Un auténtico reto, ya que deberemos agudizar nuestro oído ya que sólo recibiremos el sonido de la nota, sin ninguna ayuda visual.
El juego venía acompañado de un libro con varios pentagramas para los diferentes hechizos donde podíamos apuntarlos una vez eran descubiertos.
El apartado visual del juego merece mención aparte, transportándonos a un mundo futuro de magia y fantasía, con un diseño de personajes muy característico, ataviados la mayoría con sus túnicas. El apartado sonoro también merece un párrafo, con una banda sonora genial (tremendamente mejorada en la versión VGA), con variaciones del ballet "El Lago de los Cisnes" del compositor ruso Piotr Ilich Chaikovski. Ambas cosas combinadas consigue lo que todo el mundo recuerda de este juego: su ambientación.
Como punto negativo, Loom es una aventura más bien corta y mucho más fácil comparada con otras obras de la propia LucasFilm o de otras compañías como Sierra.
Como curiosidades finales, Loom tuvo dos referencias en Monkey Island, como el pirata que llevaba una chapa del juego en el SCUMM Bar, o cuando Guybrush es disparado con el cañón en el circo, al estar aturdido dice: "Soy Bobbin, ¿Eres mi madre?", en referencia al huérfano personaje de Loom.
Por otra parte, un pequeño grupo de fans empezó a desarrollar la secuela de Loom que comentábamos antes, Forge, llegando a tener una demo jugable pero sin llegar a completar el juego. Una pena.
Si no habéis jugado a Loom, no perdáis ni un minuto más. A pesar de su escaso éxito comercial (quizá por ser tan particular), el paso de los años lo ha colocado donde debe estar, entre el Olimpo de las aventuras gráficas.