El renacer de Dinamic
El año 1992 fue un año aciago para las compañías españolas, viendo como caían una tras otra, pero el shock definitivo fue ver como Dinamic Software, la joya de la corona, también claudicaba debido a sus problemas financieros. Su último título fue Risky Woods, primer y último título que lanzó la compañía exclusivamente para los 16 bits.
Pero, como el ave Fénix, Dinamic resurgió de sus cenizas sólo un año más tarde, otra vez de la mano de los hermanos Ruiz Tejedor, y con el apoyo financiero del que fuera dueño de HobbyPress, Gómez-Centurión. Sin embargo, Gómez-Centurión poseía el 70% de la compañía, mientras que los hermanos Ruiz poseían el 30% y, en honor a la compañía desaparecida, bautizaron a la nueva como Dinamic Multimedia.
Empezaron con buen pie lanzando una nueva versión de Simulador Profesional de Fútbol, al que renombraron como PC Fútbol, y que no tardó en pasar al imaginario colectivo de todos aquellos gamers que además nos gusta el fútbol y que se convirtió en buque insignia de la compañía. Pero no solo de fútbol quería vivir la compañía, así que rescato la mítica serie Moves de la antigua Dinamic (Navy Moves y Army Moves) y lanzó una tercera entrega: Arctic Moves, el juego que nos ocupa hoy, casi cuatro años después de que hiciéramos la retro review de Navy Moves.
El argumento es el siguiente: una nave del futuro es secuestrada por unos alienígenas, así que Derdhal, el héroe de las dos primeras entregas, deberá viajar al Ártico para resolver el entuerto.
Cómo hay ciertas cosas que no cambian, la remozada Dinamic volvió a optar por la doble carga. La primera es un arcade de acción puro y duro. Llegamos en un submarino a la base enemiga en el Ártico, armados hasta los dientes para afrontar nuestra primera misión que consiste en encontrar cuatro bombas y destruir los cuatro radares con las bombas obtenidas. Para ello, dispondremos de varias acciones como los saltos (especialmente útiles para subirnos a las casetas o las plataformas), así como el disparo de nuestra pistola, para abatir a los distintos enemigos que nos salen al paso, algunos más duros que otros. Una vez cumplidos los objetivos marcados, podremos proceder a la segunda misión, pero tendremos que tener cuidado en el salto final y no caer en la alambrada, o perderemos una vida.
Para realizar la misión tendremos un tiempo determinado, que podremos ampliar si cogemos los ítems con forma de reloj. Hay otros ítems como la munición, para recargar nuestra pistola, o los corazones para recargar vida.
La segunda fase se desarrolla alrededor de los barracones y es muy parecida a la primera. En lugar de destruir radares deberemos destruir diferentes objetivos militares como jeeps o helicópteros. Aparece una nueva amenaza como las torretas, bastante peligrosas si no andamos con cuidado.
En la interfaz inferior podremos ver el número de vidas restante, la energía restante, puntuación, número de objetivos por destruir y la cuenta atrás al poner una bomba.
Al finalizar la segunda fase, empezaremos la segunda parte del juego que transcurre en la nave espacial, tomada por los alienígenas, y que me recuerda en cierta manera a la nave de Alien. En esta segunda fase deberemos accionar siete ordenadores en un orden concreto para finalizar la pantalla, que tiene dos zonas y varios niveles (que podemos ver en la parte inferior de la interfaz).
Por otra parte, ya no iremos armados con la pistola si no con una ametralladora y granadas de mano infinitas. En cuanto a los movimientos del personaje, a la que estamos 1-2 segundos andando, se pone a correr, por lo que debemos andar con cuidado de no abalanzarnos demasiado rápido sobre los enemigos. También podremos ponernos espalda con pared para esquivar los disparos de los soldados enemigos, aunque son más peligrosos los alienígenas, quienes nos pueden quitar la vida de un plumazo.
Además del tiempo, podremos morir por la falta de oxígeno (vemos el contador en la parte inferior) que bajará en ciertas zonas de la nave. Para evitar esto, hay un traje blanco especial que nos permitirá respirar.
La clave en esta segunda parte es tener claro donde están los ordenadores, por lo que es especialmente útil tener un mapa dibujado.
Esta tercera entrega jugó con el factor nostalgia, pero no estuvo a la altura aunque resulte entretenido, principalmente por haber aparecido demasiado tarde y con una calidad técnica algo inferior a lo que se veía en la época.
Como anécdota final, al finalizar el juego se anuncia la cuarta entrega de la saga, Desert Moves, aunque en palabras de Víctor Ruiz el juego no llegó ni tan siquiera a empezarse.