Los robots más eróticos
Hace ya bastante tiempo hicimos una retro review del juego Cobra Mission, el primer juego eroge llegado desde tierras niponas a Europa gracias a la compañía MegaTech, una pequeña compañía norteamericana afincada en California, que solo distribuyó tres juegos más con igual carga erótica, Knights of Xentar, Power Dolls y el que nos ocupa Metal & Lace: The Battle of Robo Babes.
En esta ocasión, en lugar de los clásicos RPGs eróticos, nos las veremos con un juego de lucha al estilo de otros grandes como Street Fighter II, pero técnicamente muchísimo más pobre, aunque con alguna opción de juego adicional como la de poder equipar los robots.
El videojuego nos sitúa en el año 2053 en la Isla MeCha, hogar de bellas mujeres y deportes a vida o muerte. Con 5000$ en el bolsillo, decidimos participar en el Torneo Robo Fighting, pero a medida que avanzamos en nuestra participación, iremos descubriendo turbios secretos de la Isla.
El escenario principal del juego es el bar de la Isla, donde podremos acceder a todas las secciones del juego y recabar información de lo que sucede, hablando con los parroquianos. Por otra parte, hay algo que no tiene mucho sentido, y es que toqueteando todo el escenario podremos conseguir cosas, desde dinero hasta robots, pero cuando digo toqueteando todo el escenario me refiero a sin ton ni son. Por poner un ejempo, puedes conseguir un robot tocando el suelo, que además... nos habla!
Lo primero de todo, deberemos acudir a la tienda para comprar ítems que utilizar en los diferentes robots como armaduras para aguantar más golpes, chips de inteligencia artificial que permitirá que nuestro robot sea controlado automáticamente, baterías para aumentar nuestra barra de energía o boosters para hacer más daño.
Una vez tengamos nuestro robot lo suficientemente equipado, podremos pagar la inscripción y participar en las peleas. Antes de empezar, tendremos la opción de pagar una pequeña cantidad a una organizadora del torneo para que nos facilite algo de información de nuestra contrincante, algo realmente inútil ya que realmente no es necesario, porque el juego es tan simple que no hay estrategia que valga. Bueno sí, una: comprar tantos chips de IA como podáis y permitir que la máquina juegue por nosotros, asegurándonos un alto porcentaje de éxito. Sí, parece que el juego nos premia por no jugar, algo realmente ilógico.
En los combates hay tres movimientos básicos: salto, patada y puñetazo. A la que juguéis dos combates, veréis lo pobre que es y lo tosco del control. Me gustaría contar algo más sobre el combate, pero de verdad, es tan simple que poco más se puede contar. Si ganamos iremos ganando algo de dinero e iremos progresando en el torneo.
Y os preguntaréis, si el juego es tan malo, ¿Qué nos puede animar a seguir jugando? Pues el único aliciente del juego era ver a las contrincantes desnudas (recordemos que en el año 1993 Internet era algo todavía muy minoritario), porque lo que es el juego en sí poco animaba a seguir jugando.
Si podemos decir que tanto Cobra Mission como Knighs of Xentar eran JRPGs bastante aceptables, en este caso no podemos hablar de un juego decente, sino todo lo contrario, un juego de lucha muy malo, que solo es recordado por su componente erótica.
Para olvidar.