El inicio de una gran saga de cazavampiros
El reciente anuncio de una serie de televisión de Castlevania producida por Netflix me hizo recordar que no tenemos ningún artículo dedicado a esta fantástica y longeva saga. Por ello, el protagonista de hoy es el primer título de Castlevania, lanzado para NES en 1986, aunque en Europa no pudimos disfrutarlo hasta 1988.
Desarrollado por Konami, este plataformas se hizo un hueco en el hogar de muchos jugadores gracias a sus llamativos gráficos, geniales músicas y gran jugabilidad. Por ello también está considerado uno de los mejores juegos que salieron para la consola NES. Gracias a su popularidad el juego se portó a ordenadores de la época y también a otras plataformas posteriores como las consolas virtuales de Wii, 3DS y Wii U, teléfonos móviles y Game Boy Advance. Para NES fueron publicadas dos entregas más: Castlevania II: Simon's Quest y Castlevania III: Dracula's Curse. El siguiente título fue Super Castlevania IV, el cual es un remake de esta primera entrega. Se pueden contar por decenas los títulos que han sido publicados de esta saga, y según parece aún le queda mucho que ofrecer.
Por otra parte, Konami también desarrolló Vampire Killer para MSX2 en paralelo a Castlevania de NES. En occidente la conocimos como Vampire Killer porque se localizó antes de que se estableciera el nombre Castlevania. En Japón ambos tienen el mismo nombre, Akumajō Dracula. El argumento de ambos juegos es el mismo, pero la jugabilidad es diferente, siendo el de MSX2 menos lineal y ofreciendo escenarios para explorar.
Esta primera entrega se sitúa en el año 1691, y en ella podemos vivir las aventuras de Simon Belmont, quien tiene la tarea de acabar con el malvado Conde Drácula. Por supuesto, el Conde no está solo en su castillo, con lo que Simon tendrá que enfrentarse a todo tipo de criaturas sacadas de las historias de fantasía y terror, desde simples vampiros y esqueletos hasta el monstruo de Frankenstein o la mismísima Parca para poder llegar a Drácula.
Simon dispone de diferenes movimientos para superar los desafíos que le esperan. Puede moverse libremente por los pasillos y también por escaleras para cambiar de nivel. Además, también puede saltar y agacharse. Simon usa su látigo como ataque principal para acabar con los enemigos, una de las características que han hecho famoso a este juego. Además, también puede usar un arma secundaria siempre que tengamos munición. Entre las armas secundarias encontramos dagas, agua bendita y crucifijos.
La vida de nuestro personaje se indica en una barra en la parte superior. Esta barra se irá vaciando a medida que los enemigos nos golpeen. En la parte superior también podemos ver un contador de corazones. Estos corazones son la munición para poder usar el arma secundaria. Disponemos inicialmente de tres vidas, y si las perdemos todas podremos continuar desde el principio de la fase.
El juego está distribuido en seis fases, cada una de ellas con tres partes. Cada uno de estas fases es una parte del castillo: recorreremos salones, jardines, mazmorras, la famosa torre del reloj... hasta llegar a la torre en la que se encuentra al ataúd en el que descansa el Conde. Por los escenarios hay distintos objetos que podemos romper, principalmente candelabros. Al romper estos objetos soltarán objetos como corazones, los cuales no son vida, sino la munición para el arma, bolsas de puntos, invencibilidad temporal, armas secundarias (solo podemos llevar una a la vez), uso doble o triple del arma secundaria y hasta tres mejoras del látigo (aumenta su fuerza y alcance). Además, algunos bloques también pueden romperse y dejan a nuestra disposición comida para rellenar la vida de Simon. También podemos conseguir vidas extras a medida que alcanzamos ciertas cantidades de puntos.
A nivel técnico está muy conseguido teniendo en cuenta el año y para la plataforma en la que fue publicado. Simon Belmont está bien dibujado y animado, y encontramos una gran variedad de enemigos a los que vencer, los cuales son fácilmente reconocibles. Lo malo es que el juego sufre algunos fallos gráficos cuando se sobreponen varios sprites en una misma posición. El apartado más llamativo del juego son los escenarios, llenos de color y de detalles que representan muy bien los interiores de un castillo encantado. Por otra parte, las músicas que acompañan al juego son de una gran calidad, y algunas de ellas se han convertido en verdaderos clásicos de los 8 bits.
Al acabar el juego podemos ver una curiosidad. En los créditos se muestran los nombres de los diferentes personajes del juego como si de una película se tratase, y los nombres de los actores ficticios que los interpretan hacen referencia a actores reales. Por ejemplo, Drácula es interpretado por Christopher Bee (en vez de Lee), Frankenstein por Boris Karloffice (en vez de Karloff) o La Parca como Belo Lugosi (en vez de Bela). Incluso el Screenplay del juego fue llevado por Vran Stoker (en referencia al escritor de Drácula, Bram Stoker).
Castlevania es todo un clásico, y pese a que ya le pesan los años y hay otras entregas de esta saga que lo superan con creces, es un título que no nos podemos perder si queremos jugar a una de las piezas claves en la historia de los videojuegos.