Un viaje a la prehistoria
En la retro review de hoy vamos a viajar al pasado, concretamente a la prehistoria con uno de nuestros cavernícolas preferidos, Chuck Rock, título desarrollado por Core Design, quienes años más tarde alcanzarían la gloria absoluta con la heroína más voluptuosa del mundo de los videojuegos, Tomb Raider. Las primeras versiones del juego fueron lanzadas en 1991, aunque en los años posteriores se lanaron algunos ports para plataformas de lo más variopintas, aunque sin duda las dos versiones más recordadas fueron las de Megadrive y Super Nintendo.
El juego se sitúa en una fantasiosa edad de piedra donde neandertales conviven con gigantes mamuts, dientes de sable, dinosaurios y otra fauna de lo más interesante. Nuestro protagonista, Chuck Rock, es un cavernícola cuya mayor afición es lanzar piedras, de ahí su nombre. Además, es el guitarrista y cantante de una banda de rock, junto a otros cavernícolas, su mujer, Ophelia Rock, y un melenudo dinosaurio que hace de batería.
Sin embargo, la apacible, feliz y rockera vida de Chuck se ve interrumpida cuando su mujer es secuestrada por Garry Gritter, y llevada al cementerio de dinosaurios donde la mantendrá cautiva. Así que Chuck Rock deberá cruzar peligrosos parajes para liberar a su amada.
El juego es un plataformas de scroll lateral clásico, tan común en aquella época. Chuck dispone de varios ataques: el barrigazo, la patada en el aire y el lanzamiento de piedra. Y es éste último movimiento el que más tendremos que dominar, no solo para eliminar a los enemigos que salgan en la pantalla, si no para poder realizar otras acciones como proteger nuestra cabeza de piedras rodantes o para colocarlas en los salientes y poder saltar (y llegar) a otras plataformas.
Como es habitual en estos juegos, deberemos conocer las rutinas de movimiento y ataque de los variados enemigos que existen en el juego, pero además, deberemos conocer otros animales más amables que nos ayudarán en nuestra aventura, como un pterodáctilo que nos transportará de una plataforma a otra, una especie de serpientes que se alargarán para poder llegar más lejos en nuestro salto, mamuts que nos darán impulso con su colmillo o nos dispararán con su enorme trompa o dinosaurios que podremos utilizar como palanquín para alcanzar plataformas superiores.
Por el escenario iremos encontrando varios ítems que nos darán puntos, importantes para conseguir vidas extras (por ejemplo, al llegar a los 100.000 puntos) o recuperar la energía de la vida actual que iremos perdiendo al ser golpeados por los enemigos.
El mapeado es muy variado, por lo que Chuck deberá recorrer junglas, lagos, pantanos, una montaña helada, cuevas subterráneas e, incluso, el interior de un dinosaurio de proporciones mastodónticas. Al final de cada nivel, nos la tendremos que ver con el monstruo final, algunos un poco peliagudos de vencer.
Contó con un notable éxito que se tradujo en una secuela, Chuck Rock II: Son of Chuck, protagonizado por su hijo. Quizá no fuera el plataformas por excelencia de las distintas plataformas donde salió, pero sin duda alguna es un juego remarcable por su gran jugabilidad y calidad y que complementó al otro plataformas de corte prehistórico, Prehistorik, desarrollado por la francesa Titus Interactive.