Recordando
Retro Review de Abu Simbel Profanation

Johny Jones por Egipto

Como no podía ser de otra manera, en NoSoloBits cada cierto tiempo volvemos a la compañía que es y será seguramente durante muchísimos años el estandarte patrio dentro del mundo de los videojuegos, Dinamic Software. En la retro review de hoy vamos a hablar sobre el que seguramente sea el primer éxito comercial notable de la compañía, Abu Simbel Profanation, tercera entrega del inefable Johny Jones, que en su primera aventura, Saimazoom, se fue en busca de café y en la segunda, Babaliba, en busca de la hija del sultán.

El juego apareció en 1985, cuando el mundo de los videojuegos aún era visto como algo para cuatro púberes, que resultó ser el germen que luego se convertiría en la industria que más dinero mueve dentro del ocio, superando al cine o la música en los últimos años. Para su lanzamiento se contó con la colaboración del genial Alfonso Azpiri, que plasmó todo su arte y su estilo tan característico en una genial portada que desde luego llamaba la atención.

En esta tercera entrega, sobre nuestro querido Johny Jones recae la poderosa maldición de Abu Simbel, que lo convierte en una bola que solo conserva su enorme nariz de su aspecto original. Por este motivo, nuestro héroe decide irse al famoso yacimiento arqueológico nubio a las orillas del lago Nasser para romper la maldición y recuperar su aspecto físico.

Pues bien, una vez en tierras egipcias nos adentraremos en la pirámide donde deberemos ir en la búsqueda de la tumba de Abu Simbel. Sin embargo, debido a su nueva forma física, nuestro personaje es incapaz de utilizar cualquier tipo de arma, por lo que deberemos avanzar las pantallas sorteando a los enemigos que nos salgan al paso y la multitud de trampas que hay, como la famosa gota de la primera pantalla que desesperó a más de un jugador y que de pequeño me hizo perder multitud de vidas nada más empezar el juego, algo que frustraba bastante.

La única acción que puede realizar Johny es la del salto, que deberemos controlar a la perfección porque en ello nos irá gran parte del éxito en el juego, como por ejemplo, apoyarnos con la cabeza sobre las plataformas al realizar el salto para evitar algunos enemigos que van por tierra. Hay dos tipos de salto, el corto y el largo y habrá que aprender cuando utilizar cada uno, ya que una equivocación seguramente nos hará perder una vida, ya que Johny muere al ser alcanzado por cualquier enemigo o trampa. Hay algunos saltos o trampas que son prácticamente "pixel-perfect", por lo que nuestra pericia debe ser grande.

A medida que avancemos las pantallas, deberemos estar atentos y coger los diferentes objetos que hay, que serán necesarios en otros lugares para acceder a nuevas estancias de la pirámide. En la mayoría de pantallas deberemos observar cuales son las rutinas de los enemigos para aprender como superarlos. 

En cuanto a los gráficos hay que reconocer que había algunos diseños realmente trabajados para la época, como algunas efigies egipcias o grabados en piedra que ambientarán perfectamente el juego.

En el apartado de curiosidades, varias cosas. Fue el primer y único juego de la trilogía en aparecer para MSX, con ciertas modificaciones que lo hacían algo más sencillo que la versión de ZX Spectrum. Por otra parte, ligado a su legendaria dificultad, comentar que Dinamic ofreció 50.000 pesetas de la época, que no está nada mal, al primero que les enviase el mensaje final del juego como prueba de haberlo superado. Sin embargo, y no sabemos lo que hay de cierto en la historia, parece que no fue entregado el premio, puesto que el usuario que lo envió consiguió abrir el código y ver el mensaje sin superarlo.

Por último, al finalizar el juego se nos felicita y nos comenta que nos veremos en Iceglub, supuestamente la cuarta entrega de las aventuras de Johny Jones, pero el juego nunca llegó a aparecer. Según Julio Martín, grafista de la compañía, el juego empezó a desarrollarse en su parte gráfica con el nombre de Crystalis, pero finalmente parece ser que fue descartado.