La hora de las hamburguesas
Más allá del glamour de la alta cocina y de las tan cacareadas estrellas Michelin, en nuestros dias se cierne un nuevo fenómeno que ya lleva unos cuantos años pegando fuerte: las hamburguesas gourmet. Estas hamburguesas hacen las delicias de cualquier comensal, pero siendo sinceros, esta deliciosa comida cárnica tiene muchísima tradición, sobretodo en Estados Unidos de América. Sin embargo, el juego sobre el que vamos a hablar hoy, Burgertime, fue realizado por una compañía japonesa, Data East, compañía con fuerte presencia en Estados Unidos, aunque en este territorio la encargada de distribuirlo en su versión arcade fue Midway, una de las compañías más importantes en el mundo arcade del momento.
El argumento, por llamarlo de alguna manera, es bien simple: nos ponemos a los mandos del Chef Pepper, que deberá preparar el mayor número de hamburguesas posible. Cada partida consta de una serie de plataformas y niveles conectados con escaleras, cambiando la disposición en cada pantalla, donde encontraremos los ingredientes necesarios para preparar las hamburguesas, mientras que en la parte inferior estarán los platos donde deberemos colocar las hamburguesas, compuestas de la base inferior del pan, la carne, la lechuga y la parte superior del pan en los niveles más sencillos, que se irán complicando a medida que avancemos, con nuevos ingredientes (como queso o tomate) o repitiendo los ya existentes.
Para ir construyendo la hamburguesa, deberemos caminar por encima del ingrediente para que caiga un nivel, si no pasamos completamente por encima del ingrediente este no llegará a caer. También deberemos tener en cuenta que al caer el ingrediente, si lo hace encima de otro, este bajará también un nivel. Por otra parte, también servirá para derrotar a nuestros enemigos si les cae encima o si el ingrediente cae mientras ellos se encuentran pasando por encima de él. Estos enemigos (Mr. Hot Dog, Mr. Egg y Mr.Pickle) nos perseguirán por toda la pantalla y si nos alcanzan, perderemos la partida, aunque podremos inmovilizarlos temporalmente rociándolos con pimienta, pero deberemos utilizarla inteligentemente ya que las cargas son limitadas.
Respecto a la interfaz, es bien sencilla y muy acorde con la de los juegos arcade de la época. En la parte superior encontramos la puntuación, el Hi-score o récord y el número de cargas de pimienta restante y, como es habitual en este tipo de juegos, el objetivo es hacer el mayor número de puntos posible para fardar delante de nuestros amigos, pero a medida que vayamos superando pantallas, cada vez los caminos posibles son más difíciles y el número de enemigos mayor.
Al igual que sucede con Pac-man, necesitamos de una endiablada habilidad para ir esquivando a los enemigos y optar por los caminos correctos para evitar ser alcanzados por los malvados ingredientes que tenemos de enemigos, al igual que en Pac-man huíamos de los fantasmas.
El juego fue un enorme éxito en los salones recreativos, donde legiones de jugadores se dejaban la paga semanal con el objetivo de hacer el mayor número de hamburguesas posible. Debido a este aclaparador éxito, se decidió portar el juego a multitud de plataformas caseras, tanto consoleras como ordenadores, y en nuestros días ha contado con revisiones modernas para llevar este éxito de principio de los ochenta al siglo XXI.