El deporte más sangriento
En la historia de los videojuegos se han producido por parte de los medios tradicionales diversos ataques por la violencia de algunos de ellos, algo que a muchos nos resulta absurdo ya que se ve mucha más violencia gráfica en un Telediario (con la "pequeña" diferencia de que ésta SI sucede en la vida real) que en un videojuego.
Aún así, los espumarajos que echaron por la boca diversos periodistas de medio pelo ante juegos como Carmageddon o la saga Grand Theft Auto aún permanecen en la memoria de muchos gamers. El gran pecado de estos videojuegos fue el ser enormemente populares y saltar a la palestra mediática, donde salieron escaldados pero en el fondo, fue hasta positivo, ya que recibieron una publicidad gratuita que ayudaron a aumentar sus ventas y su popularidad.
Sin embargo, años atrás hubo otros juegos violentos que no tuvieron repercursión por varios motivos: el mundo de los videojuegos no contaba con tantos adeptos y los juegos fueron bastante discretos tanto en calidad como en ventas. Este es el caso que nos ocupa: Brutal Sports Football.
En este videojuego asistimos a una especie de rugby sanguinario donde todo vale para llevarnos el partido. Tras escoger las opciones clásicas como el tipo de juego (liga, eliminatoria o partido amistoso), el equipo y la dificultad procederemos a jugar en el partido.
El objetivo está claro, coger la pelota y meterla en la portería rival. Y la mecánica del juego también es muy sencilla, placa a tus rivales o mátalos con las espadas, hachas o escudos que te encuentras en el terreno de juego. Si no eres capaz de meter la pelota, también puedes ganar asesinando al equipo rival. Así de simple.
También tendremos que hacer frente a bombas que aparecerán aleatoriamente por el terreno de juego. Por otra parte, también deberemos estar atentos a distintos power-ups que nos ayudarán a ganar el partido.
Al final del encuentro, según el número de goles marcados y enemigos masacrados, ganaremos dinero para curar a nuestros jugadores, que no saldrán ilesos.
El juego en sí tiene poco más y no es especialmente bueno, pero resulta entretenido aunque algo repetitivo y poco rejugable. Quizá se podría coger la idea y remakearla en un juego más decente. La compañía desarrolladora, Millenium, desarrolló otros juegos notables como James Pond, Rome: Pathway to Power o Creatures, hasta que en 1997 fue comprada por Sony convirtiéndola en SCE Studio Cambridge (actualmente Guerrilla Cambridge).