A ganarnos el cinturón negro
En el Retro Review de hoy os traemos un juego que puede considerarse como uno de los padres del beat em'up, que tanto éxito tuvo sobretodo a finales de los 80 y principios de los 90 con Golden Axe o Streets of Rage entre otros muchos títulos que aparecieron para saciar las ganas de los gamers de repartir mamporros a diestro y siniestro. Este juego no es otro que Kung-Fu Master.
El juego fue desarrollado por Irem, una compañía nipona fundada en 1974 bajo el nombre de IPM (International Playing Machine) especializada en la manufactura, venta y alquiler de máquinas recreativas. Sin embargo, pronto se dieron cuenta que el desarrollo de sus propios juegos les podría traer pingües beneficios, y es así como apareció Moon Patrol o el que nos ocupa. Sin embargo, la presencia de Irem en el mundo de los videojuegos en nuestros días es prácticamente inexistente, más allá de algunas versiones de sus juegos para consolas virtuales, desarrolladas por terceros. La puntilla final fue el tsunami que sufrió Japón hace unos años, momento en que la compañía al verse afectada decidió cancelar los pocos desarrollos que tenía en marcha y dedicarse a su parte del negocio más rentable como las máquinas de pachinko.
El argumento del juego es bastante clásico: nuestro héroe, Thomas, es un maestro del kung-fu cuya novia Sylvia ha sido secuestrada por el malvado y misterioso Mr. X, por lo que su objetivo será adentrarse en el Devil's Temple y liberarla.
Se desarrolla en scroll lateral y el personaje puede moverse en las cuatro direcciones (izquierda, derecha, salto y agacharse). Los dos ataques de los que disponemos, patada y puñetazo, pueden realizarse en las tres posiciones que puede adoptar el personaje, es decir, en salto, en posición de guardia o agachado. Los puñetazos nos otorgarán más puntos que las patadas, pero su rango de alcance es mucho más corto.
Hay distintos tipos de enemigos, cada uno con sus características y con distintas barras de vida (que podremos ver en la parte superior de la interfaz). Por ejemplo, nos encontraremos lanzadores de cuchillos; Tom Toms, una especie de pequeños luchadores que nos agarrarán para intentar darnos una paliza; o los grippers que si nos alcanzan nos podrán drenar la vida hasta que nos quedemos agotados. Por si fuera poco, a medida que avancemos por la pantalla, nos acecharán otros peligros como jarrones que caen del techo, bombas explosivas, serpientes, dragones que escupen fuego o mariposas venenosas.
El templo está dividido en cinco plantas, cada una con un monstruo final que deberemos derrotar antes de poder alcanzar las escaleras para subir al siguiente nivel. Como en muchísimos juegos arcade, disponemos de un tiempo limitado para completar la pantalla, en caso contrario moriremos. Cuanto más tiempo nos sobre, más puntos ganaremos al completar el nivel.
Una vez completado el juego, éste recomenzará en un modo más difícil. Esto puede suceder hasta tres veces y lo podremos ver indicado en la interfaz del juego.
El éxito de Kung-Fu Master fue arrollador y esto provocó multitud de conversiones a distintas plataformas de 8 bits, siendo la más recordada la versión para NES, a la que titularon Kung-Fu, omitiendo el Master.
Resumiendo, un juego mítico que pondrá a prueba la pericia de los jugadores más experimentados, porque si algo tenían los juegos de aquella época es que no eran precisamente fáciles.