Vuelta de tuerca a los matamarcianos
En el verano del año 1978 apareció en Japón uno de los videojuegos más representativos de la historia de la mano de Taito, que consistía en acabar con hordas de marcianos. Como todos sabréis este juego no es otro que Space Invaders, el mítico matamarcianos en nuestras tierras.
Otra importante compañía japonesa, Namco, decidió coger la misma idea y mejorarla con ciertos aspectos que después explicaremos. El juego vio la luz en 1979 siendo, como era habitual, distribuido por la propia compañía en Japón y por Midway en EEUU, las compañías que manejaban el cotarro en las máquinas arcade.
La mecánica es muy parecida a la de su predecesor. Controlamos a una nave en la parte inferior que se puede mover lateralmente y con nuestros disparos debemos destruir a los invasores que tenemos justo en la parte superior. Estos marcianos se mueven lateralmente, al igual que en Space Invaders, pero en lugar de ir descendiendo lo que hacen es lanzar ataques contra nuestra nave saliéndose de su posición y yendo contra nosotros. Otro punto importante, es que estos matamarcianos disparan, por lo que tendremos que estar ojo avizor.
Una vez destruida la horda, aparecerá otra más agresiva y con mayor velocidad, por lo que la dificultad irá en ascenso partida a partida y nuestro objetivo será conseguir el mayor número de puntos posible para batir el récord. No hay ningún final en sí, si no conseguir el mayor número de puntos posible. Estos puntos son conseguidos cada vez que derribemos a un marciano, aunque el valor variará dependiendo el tipo de marciano destruido.
En la interfaz, bastante sencilla, dispondremos de la información básica que necesitamos: puntuación, vidas restantes y número de pantallas superadas.
Al nacer en los inicios de este nuevo mundo, el videojuego presentó innovaciones técnicas como un uso más extenso de la paleta RGB con sprites animados multicolor, así como una pequeña "banda sonora". Su apariencia inspiró a muchos arcades aparecidos en los primeros años de los 80.
El éxito del juego, al igual que Space Invaders, fue enorme y vació los bolsillos de la juventud de la época y su legado es incuestionable, siendo el inmediato Galaga.