El cazador de dinosaurios
Nintendo 64 fue lanzada al mercado como una máquina absolutamente superior a sus competidoras de la época. Para demostrar tal afirmación necesitaban juegos que realmente hicieran gala de esa potencia, y uno de ellos fue Turok: Dinosaur Hunter, el cual intentó exprimir al máximo las posibilidades de Nintendo 64.
Turok fue desarrollado por Iguana Entertainment y distribuido por Acclaim. Aunque inicialmente estaba previsto para finales de 1996, se retrasó hasta febrero de 1997 ya que debían de pulir el juego y solucionar errores. En Noviembre de ese mismo año salió un port del juego para PC. La versión de Nintendo 64 fue todo un éxito en ventas y crítica. Se convirtió en uno de los juegos más populares de la consola, vendiendo más de un millón de copias, y recibió notas muy positivas de la prensa especializada. En 1998 fue publicada una segunda parte que también fue todo un éxito. A lo largo de los años han ido saliendo otras secuelas y remakes, pero no han disfrutado del mismo éxito que las dos primeras partes.
La historia de Turok: Dinosaur Hunter está basada en un cómic de mismo nombre que empezó a publicarse en 1954. Acclaim Entertainment compró Valiant Comics y sus propiedades intelectuales, y aprovechó la licencia de Turok para realizar el juego de Nintendo 64.
El protagonista del juego es el propio Turok, cuyo nombre de pila es Tal'Set. Turok es un nativo americano cuyo cargo va pasando de generación en generación y debe proteger la frontera entre La Tierra y La Tierra Perdida, un mundo donde el tiempo no tiene sentido y el cual está poblado de peligrosas criaturas.
La jugabilidad de Turok se puede comparar a otros FPS clásicos como Doom o Quake. Empezamos la partida en un nexo con portales que llevan a los diferentes escenarios que componen el juego. Para desbloquear estos portales hay que encontrar un cierto número de llaves que encontraremos explorando los diferentes niveles. Los niveles ofrecen muchas zonas diferentes que nos harán correr, saltar y nadar.
Por supuesto, una de las principales acciones que realizaremos en el juego será eliminar enemigos, desde dinosaurios a demonios. Para ello disponemos de 13 armas diferentes que van desde un clásico arco hasta diferentes armas de fuego y explosivos.
En la pantalla hay un indicador de la vida que nos queda. Con 100 estaremos al máximo de salud y si llegamos a 0 perderemos una vida. Para recuperar esta vida podemos recoger items que nos curan o cazar animales, como por ejemplo ciervos.
El objectivo de cada pantalla es encontrar una pieza del Chronoscepter, el arma que debemos arrebatar al enemigo principal del juego. Una vez tengamos todas las piezas, podemos usar el Chronoscepter como arma.
En cuanto a gráficos, el juego cumplió con las expectativas. Escenarios amplios y detallados, enemigos variados con buenos modelos y animaciones y multitud de efectos gráficos. El juego también tuvo puntos negativos, como una espesa niebla creada para evitar ralentizaciones. Aún así el juego se ralentizaba cuando había varios enemigos en pantalla.
Turok: Dinosaur Hunter es un clásico de Nintendo 64 por derecho propio, ya que pese a no ser un juego perfecto cumplió con sus expectativas. Lo cierto es que como la mayoría de juegos en 3D de la época ha envejecido muy mal, tanto gráficamente como en el control, pero de todas formas aún es perfectamente jugable y una gran joya retro que hay que descubrir.