Hoy en día cuando queremos jugar a nuestra consola actual de turno, podemos tirarnos tranquilamente en nuestra cama, sofa o sillón preferido y jugar tranquilamente sin vigilar ningún cable, gracias a nuestros controladores inalámbricos.
Pero para los gamers que tenemos ya una edad, seguro que recordaréis el sufrimiento cada vez que alguien pasaba por delante de nosotros de que no tropezara con el cable, con el consiguiente riesgo tanto para la persona como para nuestra querida consola. Y es que los "cables colgantes" eran un auténtico peligro.
Hace un par de días topé por Internet con algo que me sorprendió ya que nadie de mi círculo de amistades o conocidos tenía. Unos mandos inalámbricos para Mega Drive II. Llegaron a distribuirse en España pero yo nunca llegué a verlos, claro que aparecieron allá por el 1994, cuando la consola ya daba sus últimos coletazos y, además, tiene pinta de que serían caretes respecto a los normales y la distribución no sería muy extensa.
El pack venía con el receptor de infrarrojos, que se colocaba en los puertos de los controladores y dos mandos, que funcionaban con dos pilas AAA.
Quizá fueron más populares de lo que creo, pero para mi es toda una novedad, ya que desconocía su existencia.