El padre de todos los shooters
El mundo de los videojuegos hoy en día está saturado por los shooters, con las archiconocidas sagas Call of Duty, Medal of Honor o Battlefield, entre muchas otras. Pero todo género tiene un inicio, y al igual que en los RTS podemos afirmar que con toda seguridad ese título fue Dune II, en los shooters en primera persona ese no fue otro que el admirado y conocido por todos Wolfenstein 3D.
El juego fue desarrollado en 1992 por uno de los tótems de los fans de los juegos, John Romero, que se encontraba trabajando en id Software que por aquel entonces no era aún la compañía importante que sería después, sobretodo tras el lanzamiento de Doom.
Fue lanzado como shareware, algo bastante inusual, por no decir inexistente, en nuestros días y contaba con un episodio con 10 niveles. Sin embargo, el lanzamiento comercial constaba de tres episodios y una expansión titulada "The Nocturnal Missions" que estaba compuesta de otros tres episodios, lo que hacía un total de 60 misiones. Como dato curioso, en el primer episodio existe un nivel secreto que recrea uno de los niveles de Pac-Man y aparecen los míticos fantasmas.
Una vez hecha la introducción pasemos al argumento del juego. Nos metemos en la piel de William J. Blazkowicz, un espía americano que se encuentra preso en una fortaleza nazi, repleta de peligrosos guardas y sanguinarios perros. Para ello, deberemos liberarnos de nuestras cadenas, armarnos hasta los dientes y ir superando todos los niveles y, al final de cada episodio, enfrentarnos contra un delirante enemigo final, como un Hitler mecanizado.
Como hemos comentado, el juego se desarrolla en primera persona, por lo que en un primer plano veremos la arma que llevamos equipada, desde un cuchillo, pasando por pistolas, rifles de asalto, escopetas y ametralladoras tipo gatling, entre otras. En la interfaz inferior podemos ver el número de vidas que tenemos, la puntuación, la salud, el nivel en el que estamos, la munición y, en la parte central, la famosa cara del personaje que se irá ensangrentando a medida que su salud baje.
La mecánica del juego es bastante sencilla: matar a todo enemigo que se nos ponga por delante hasta llegar a la puerta que nos hará avanzar de nivel. Para ello, deberemos ir recogiendo toda la munición que encontremos, ya sea de los cadáveres que dejemos a nuestro paso, como las que encontremos en el suelo. así como nuevas y más potentes armas. También deberemos estar atento a los botiquines y a la comida, para ir restaurando nuestra vida. Por último, tendremos que coger los tesoros que veamos para aumentar nuestra puntuación, dependiendo del ítem tendrá más o menos valor (por ejemplo, las copas de oro no tienen el mismo valor que los cofres).
Si dejamos de lado los enemigos finales, cada unidad enemiga tiene sus cualidades, ya que algunos son más rapidos, como los perros, otros tienen más vida, otros van mejor armados y varía su rango de ataque.
En casi todos los niveles hay habitaciones secretas ocultas tras paredes o cuadros, cuyo muro se desplazará si apretamos el botón de acción. En dichas habitaciones normalmente encontraremos tesoros, comida para mejorar la vida y municiones.
Los escenarios están muy bien decorados para la época, con bastante mobiliario, elementos decorativos como cuadros con la efigie de Hitler, esvásticas y todo lo que os podáis imaginar que pueda haber en una fortaleza nazi.
Al final de cada nivel se nos hará un informe, que tendrá en cuenta el número de muertes, tesoros recogidos y habitaciones secretas visitadas, cuanto mejor lo hagamos, más puntos de bonus lograremos.
A pesar de que nos puede parecer algo sencillo hoy en día, el juego sigue siendo tremendamente adictivo y en su día fue una auténtica revolución que dejó un legado que perdura hasta la actualidad.
Como en muchos recordando, nos gusta acabar con una curiosidad. El juego suscitó polémica en Alemania por el uso de simbología nazi, algo que está terminantemente prohibido en el país germano salvo en algunos casos justificados (aunque esto sea del todo subjetivo, ya que en el cine se permite mientras no sea para el ensalzamiento del nacionalsocialismo). Ademas, se utiliza la canción "Horst Wessel Lied", himno del partido nazi, por lo que finalmente la versión de PC fue prohibida.
Por otra parte, Nintendo no decidió prohibir el lanzamiento del juego para Super Nintendo pero, en un arrebato de puritanismo, decidió censurarlo de varias formas. Por ejemplo, no se muestra ningún simbolo nazi, como la esvástica, en el retrato de Adolf Hitler éste no lleva bigote (!!), los perros son sustituidos por ratas (¿?) y la sangre sustituida por algo que parece sudor.
Sin duda alguna, uno de los grandes mitos de la historia de los videojuegos.