Hace unos días veía la magnífica película de piratas titulada en España "El Temible Burlón", protagonizada por Burt Lancaster. Por lo que sea, el diseño del barco y el entorno me recordó que había un juego español de piratas al que jugaba de pequeño y que me resultaba bastante entretenido. No recordaba exactamente el nombre, pero la búsqueda no ha sido difícil, no se titula Piratas, pero sí Corsarios.

En NoSoloBits, con el paso del tiempo, nos hemos dedicado a hacer reviews de los videojuegos españoles que protagonizaron alguno de los deportistas nacionales más famosos del momento: Emilio Butragueño, Michel, Jorge Martínez "Aspar", Carlos Sainz, Poli Diaz, Perico Delgado... Repasando mentalmente, creía recordar que nos dejábamos uno de motociclismo, protagonizado por uno de los pilotos más importantes de la historia de esta disciplina del motor, Ángel Nieto, con un trufado palmarés con 13, o como le gustaba decirlo a él debido a su triscaidecafobia (miedo irracional al número 13): "Mis 12 + 1 victorias".

Una de las compañías fetiche que tengo, a pesar de la dificultad de algunos de sus juegos, es Silmarils. Siempre he pensado que fueron unos avanzados a su tiempo, ofreciendo una experiencia de juego realmente novedosa si la comparamos con los juegos de su misma época y dotados de un realismo apabullante. Por poner un ejemplo, Colorado. El mítico juego de la compañía te metía totalmente en la piel de un trampero, es que incluso para disparar había que cargar el arma con la pólvora!

Seguimos en nuestro empeño de tener una retro review para todos y cada uno de los juegos desarrollados por compañías españolas en la etapa que popularmente se conoce como: "La edad de oro del software español". En esta ocasión, le toca el turno a un título de Topo Soft. El juego en cuestión es Metropolis, aunque nada tiene que ver con la obra maestra del cine expresionista alemán del mismo titulo, dirigida por Fritz Lang allá por el 1927.

No hace demasiado veía la película Las 36 cámaras de Shaolin, donde un jovencísimo Gordon Liu decide internarse en un templo shaolin para aprender las artes marciales que allí se imparten, teniendo que superar cada una de las 36 cámaras o pruebas para convertirse en todo un maestro. Cuál fue mi sorpresa al encontrar, de pura casualidad, un juego que se asemeja en cuanto al argumento, puesto que controlaremos a un aprendiz que debe iniciar este arduo camino.