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Review de Project Blue

Un excelente plataformas de NES en sistemas actuales

Con la llegada de la distribución digital y las herramientas de desarrollo que hay actualmente, muchos desarrolladores independientes se animan a plasmar sus ideas en videojuegos para disfrute de todo fan de este mundillo. Lo más común es desarrollar para sistemas actuales, pero también hay desarrolladores de juegos para sistemas antiguos como microordenadores, Mega Drive o NES. El protagonista de este artículo, Project Blue, une estos dos mundos, ya que es un juego indie que fue creado para NES y que ahora va a ser publicado de forma digital para Xbox y Switch.

Antes de meternos en harina con el juego en sí, vamos a explicar un poco la historia de su desarrollo, que es muy interesante. Una de las frases que sus creadores usan para anunciar su juego es "Creado por dos personas que nunca se han conocido en la vida real", y así es, ya que la tecnología de hoy en día permite llevar a cabo un proyecto ambicioso con otras personas aun viviendo a muchos kilómetros de distancia. Project Blue fue creado por dos veteranos del desarrollo indie para NES, los cuales son Donny Phillips, conocido por su nickname Toggle Switch, y Ellen Larsson, conocida por su nick Frankengraphics. Donny se encargó de la programación, diseño de niveles y música, además de tener la idea inicial para el juego. Ellen se encargó de los gráficos, diseño de niveles y de enriquecer el trasfondo del juego. Más tarde contrataron a M-Tee para que diseñara la portada e ilustraciones para el manual del juego. El desarrolló finalizó en 2019, y el resultado fue un juego de plataformas y acción de ambientación cyberpunk con un gran acabado y que hace las delicias de los amantes de los juegos de NES.

La historia no acaba aquí, ya que en 2019 también iniciaron una campaña de financiación en Kickstarter para producir los cartuchos del juego y venderlo como un juego más de NES. La campaña fue un éxito rotundo, y de los 10.000 dólares del objetivo inicial recaudaron 42.000 dólares, añadiendo de esta forma más contenido al juego, como un modo ultra difícil llamado Brutal. Además de para NES, el juego se puede encontrar para Windows, macOS, Linux y Android en la plataforma Itch.  Ahora en 2023 entra en juego 8-Bit Legit, distribuidora especializada en publicar juegos de 8 bits en plataformas actuales, quien se va a encargar de llevarlo a las tiendas digitales de Xbox y Switch. Estará disponible a partir del día 6 de Octubre. Nosotros hemos jugado a la versión de Xbox Series X para escribir esta reseña.

Después de la historia de su desarrollo, vamos con la historia del juego. Project Blue se sitúa en un futuro distópico en la ciudad ficticia de Neo Hong Kong, la cual está controlada por una mega corporación llamada Omni Corp. Esta corporación lleva a cabo oscuros experimentos para crear armas biológicas usando a niños sin hogar de los suburbios para conseguir sus malvados fines. Uno de los niños con los que experimentan, el sujeto conocido como Project Blue, resulta ser un gran productor de bioenergía, tanto que tienen que abrirle unas vías en las manos para que la energía fluya hacia fuera, ya que de otra forma esa cantidad de energía acabaría con su vida. Blue aprende a controlar estas vías para disparar poderosa energía por sus manos, rompiendo así el tanque en el que está preso para huir del laboratorio y acabar con aquellos que han experimentado con él y con los otros niños. Los responsables de estos experimentos son la cúpula directiva de Omni Corp, conocidos como los Think Tanks. Esta idea me ha resultado brillante, ya que es un juego de palabras. Think Tank suele ser un grupo de personas que se dedican a reflexionar y decidir sobre diferentes temas, pero en este caso además de ser la directiva, son literalmente eso, cerebros dentro de tanques para su conservación. Pero no cualquier tanque, estos son bestias mecanizadas y blindadas con muy mala baba.

Antes de empezar la partida, el juego nos permite elegir en que dificultad queremos jugar: Normal, Hard o Brutal. El juego ya es un auténtico reto en normal, así que recomendamos empezar por este nivel y si se nos queda corto, pasar al siguiente. Hay que destacar que el nivel de dificultad afecta no solo a los enemigos, sino también a la forma de los niveles para hacerlos más complicados. Nada más empezar la partida el juego recuerda a clásicos de NES como Mega Man, empezando por el diseño y movimientos de su protagonista, y es que el propio creador ha comentado que el juego está fuertemente influenciado por la segunda parte de esta saga y también por Super Mario Bros. Blue tiene dos acciones principales, saltar y disparar proyectiles de energía. A estas dos acciones se le suman algunas situacionales, como usar escaleras, rebotar en trampolines o nadar, las cuales las iremos descubriendo a medida que avance la partida.

Como en todo buen juego de plataformas no pueden faltar los objetos coleccionables y los power ups. Los más comunes son las monedas, las cuales nos otorgarán una vida extra al recoger 100 de ellas. También hay corazones que rellenan la vida en un corazón y medio. En algunos niveles podemos encontrar una batería que aumenta el poder de nuestro ataque las veinte próximas cargas. Por último, los más escasos son uno corazones gigantes que añaden un contenedor extra a la vida y la rellena por completo, la cual empieza con cinco contenedores (aunque empezamos cada vida con solo dos corazones disponibles).

El mapa de Project Blue está formado por 256 niveles de pantalla fija, distribuidos en cuatro zonas bien diferenciadas. Empezamos nuestra huida en el Laboratorio Theta, continuamos por los suburbios conocidos como "The Dezone". Después nos enfrentamos a los peligros de la zona subterránea y por último tenemos que superar la sede de Omni Corp. El juego empieza relativamente sencillo para calentar motores y conocer las mecánicas principales, pero no tarda en añadir nuevos retos para que no nos durmamos en los laureles. A medida que avanzamos tenemos que ir superando retos cada vez más difíciles, como esquivar pinchos que acabarán con nosotros al primer roce, llegar a interruptores para desactivar una barrera láser o mover y usar trampolines para saltar grandes distancias. El recorrido del juego es bastante lineal, pero en algunos puntos tenemos varias rutas disponibles para avanzar, y algunas zonas secretas en las que encontraremos jugosos power ups como los mencionados corazones que aumentan la vida.

En estos niveles no estaremos solos, sino que nos acompañarán en todo momento diferentes tipos de enemigos que nos pondrán las cosas difíciles. Cada enemigo tiene sus características y patrón de ataque y movimiento. Por ejemplo, hay robots que simplemente patrullan una zona y se pueden destruir sin demasiado problema, hay otros que disponen de cañón y disparan e incluso hay algunos que son indestructibles y tendremos que esquivarlos. La mayoría de enemigos son mecánicos, pero también encontramos orgánicos, los cuales son proyectos fallidos que han perdido toda su humanidad y nos atacarán nada más nos acerquemos. A todos estos enemigos se les suman los ocho jefes, los Think Tanks, de los cuales tendremos que aprendernos su patrón de ataque y movimiento al dedillo para poder vencerlos. En cada zona nos enfrentaremos a dos jefes, una a mitad de la zona y otra al final. Los jefes de mitad de zona son los becarios de los directivos, los cuales van en un prototipo de tanque, y al final de cada zona nos enfrentaremos a los directivos, los cuales controlan la versión final del tanque, más avanzada y mortífera.

En cuanto a la parte técnica, hay que decir que el juego es una maravilla, seguramente de lo mejor que se pueda ver y escuchar en una NES, sobre todo si nos centramos en desarrollos indies. Todas las zonas están muy cuidadas con esa ambientación cyberpunk que destila el juego y cada uno de los niveles rebosa detalle, tanto en los fondos animados como en las superficies. Los creadores han comentado que usaron diferentes "truquitos" de la consola para forzar la máquina y poder llenar los niveles con estos detalles. Debido a las limitaciones del sistema, a veces hay algunos errores gráficos, pero nada fuera de lo común que se pueda ver en una NES. La música no se queda atrás, ya que el juego incluye 22 temazos originales, todos de mucha calidad y algunos de ellos realmente pegadizos. En cuanto al control, es bastante preciso, pero en la versión de Xbox, la que hemos probado, da un poco sensación de input lag, sobre todo al saltar (la altura del salto se calcula en función del tiempo que apretemos el botón). Hemos probado la demo disponible en emulador de NES y la respuesta del personaje es instantánea, no se si puede ser algo propio de la versión Xbox o quizás algún problema de respuesta de la televisión.

Hay que tener en cuenta que hablamos de un juego de NES, con todo lo que ello implica, y entre sus características encontramos una implacable dificultad. Lo más normal cuando nos enfrentemos a una zona nueva será morir una y otra vez mientras vamos conociendo los niveles para superarlos de la forma más segura posible. Lo bueno que tiene este juego es que nada es aleatorio, sino que todo está calculado al milímetro. Si nos fijamos en los niveles, veremos que todo tiene un patrón y una forma de superarlo sin que suframos (demasiado) daño. Esto también se aplica a los jefes, las primeras vidas nos destrozarán sin que apenas podamos rozarlos, pero si nos fijamos en sus movimientos descubriremos formas de esquivar sus ataques y como atacarles. También podemos reservar las cargas de ataque aumentado para estos enfrentamientos y hacerlos más fáciles. Pero nuestro triunfo no solo dependerá de conocer los niveles y enemigos, sino también de tener una gran habilidad, precisión y reflejos a los mandos. Para acabar de rematar el aspecto de la dificultad, el juego no tiene opción de guardar partida ni passwords, así que si cerramos el juego tendremos que volver a empezarlo desde el principio a no ser que lo juguemos desde un emulador y usemos savestates. Sería un detallazo tener esta opción en la versión de Xbox y Switch por si queremos completar el juego poco a poco, aunque también entendemos que no la incluya si se quiere conservar la esencia del juego original. Por suerte, el juego muestra algo de piedad y dispone de continuaciones infinitas, aunque cada vez que continuemos tendremos que empezar desde el último checkpoint.

Para cerrar el artículo quiero destacar el manual digital que podemos ver desde el menú del juego. Este genial documento recuerda a los manuales de antaño y es la guinda del pastel de esta gran muestra de amor hacia los juegos retro que es Project Blue. Ya que durante la partida apenas se explica el contexto (algo bastante común en los juegos de 8 bits), en el manual podemos conocer más sobre la historia del juego y leer información, la cual va acompañada de unas fenomenales ilustraciones, sobre el protagonista, los enemigos y los objetos del juego. Por ejemplo, gracias al manual podemos descubrir el detalle de que cada una de las pantallas es una cámara de seguridad que sigue los movimientos de Blue o que los niveles de dificultad son protocolos de seguridad de la compañía Omni Corp, por eso el marco del juego simula un panel de control. A este manual le acompaña la impresionante portada del juego, en la que vemos al protagonista cara a cara contra uno de los jefes. Lo cierto es que tiene que ser una verdadera gozada disfrutar de este manual en papel en la edición física del juego para NES.

Project Blue es una verdadera joya del desarrollo indie para NES. Es muy probable que si este título hubiese sido publicado a principio de los 90, hoy en día sería recordado como uno de los grandes plataformas de 8 bits. Además, ahora es posible disfrutarlo en Xbox y Nintendo Switch, la heredera de la maravillosa e incombustible NES. Si os gustan los plataformas y queréis un verdadero reto, no dudéis en darle a Project Blue una oportunidad.

Copia digital de review proporcionada por 8-Bit Legit

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