Recordando
Retro Review de Dig Dug

El clásico excava laberintos de Namco

Esta vez nos vamos cuatro décadas atrás para recordar uno de los primeros juegos de Namco, una compañía que desde sus inicios hasta el día de hoy nos ha dado horas y horas de diversión. El protagonista de este artículo es Dig Dug, un curioso arcade en el que vamos excavando nuestros propios laberintos para dar caza a los enemigos mientras evitamos que ellos nos cacen a nosotros.

El juego fue distribuido para arcade en 1982. Namco se encargó de distribuirlo en Europa y Japón, pero fue Atari quien se encargó de la distribución en Norte América. Su adictiva y original jugabilidad, acompañada de unos llamativos gráficos hicieron de este juego uno de los éxitos de la época. Este éxito animó a Namco a versionar el juego en multitud de plataformas a lo largo de los siguientes años, entre las que se incluyen Atari 2600, C64, NES y Game Boy. También podemos encontrar múltiples secuelas del juego, así como recopilaciones de clásicos de Namco en el que viene incluido el juego original.

La idea del juego es sencilla, pero requiere mucha práctica y paciencia para llegar a dominar su estilo de juego. El protagonista es Dig Dug, quien da nombre al título, y su misión es limpiar de monstruos cada uno de los niveles del juego. Los niveles son estáticos, sin ningún tipo de scroll. Cada nivel tiene una forma diferente, que consiste básicamente en una serie de túneles subterráneos con algunos enemigos pululando. Dig dug tiene la habilidad de excavar túneles, para así abrirse paso y por una parte llegar a los monstruos y eliminarlos, pero por otra evitar que sea alcanzando por ellos. Para acabar con los monstruos tenemos dos opciones: La primera es usar el inflador para explotar a los enemigos. Los enemigos se pueden dejar a medio inflar, lo cual es muy útil para aturdirlos y escapar si vienen otros enemigos. La segunda forma de acabar con ellos es excavar un túnel debajo de alguna de las rocas que hay por los niveles para que estas aplasten a los enemigos (¡pero con cuidado de no ser nosotros los aplastados!). Si hacemos caer dos rocas, saldrá un alimento que podremos devorar para engordar nuestro marcador de puntos. El objetivo del juego es aguantar lo máximo posible y acumular puntos. Por ello, el juego premia con puntos extra si derrotamos a varios enemigos con una sola piedra, así como con vidas extra cuando llegamos a ciertas cantidades de puntos. Por un error de programación, como ya pasaba en otros juegos de la compañía como Pac-Man, al nivel 256 se le conoce como kill screen, ya que aparece un enemigo justo donde el protagonista y nos mata nada más empezar.

En cada uno de los niveles hay dos tipos de enemigo diferentes que nos pondrán las cosas difíciles. El primer tipo es Pooka, unas criaturas de color rojo que llevan unas grandes gafas. No tienen ninguna habilidad propia, pero nos perseguirán incansablemente hasta acabar con nosotros. El segundo es Fygar, un dragón verde que escupe fuego y tiene un alcance considerable. Ambos enemigos tienen la habilidad de convertirse en espectros y así poder traspasar la tierra y llegar hasta nosotros de forma muy ágil. Hay que tener mucho cuidado ya que nos pueden encerrar y atrapar en un abrir y cerrar de ojos, perdiendo así una de nuestras preciadas vidas. Un detalle muy curioso es que cuando solo queda un enemigo en el nivel, este se ve en desventaja y se da a la fuga. Si consigue escapar pasaremos igualmente de nivel, pero perdiendo los puntos que obtenemos al cazarlo.

El juego tiene una dificultad digna de cualquier arcade de la época. Los primeros niveles se pueden superar sin ningún problema, pero a medida que avanzamos los enemigos son más numerosos y más rápidos, y entonces es cuando empezamos a sufrir. Con estrategia y habilidad se puede aguantar tiempo, pero lo cierto es que hay un punto en que los enemigos son tan rápidos que solo los más hábiles pueden hacer frente a tal dificultad. Al perder una vida, tanto Dig Dug como los monstruos restantes del nivel vuelven a sus posiciones iniciales. Al quedarnos sin vidas, podemos usar un crédito para continuar, pero perdiendo todos los puntos del marcador.

Como he comentado anteriormente, gráficamente es un juego muy llamativo, sobre todo si tenemos en cuenta que es un titulo de principios de los 80. La tierra de los niveles está bien representada y tiene diferentes tonalidades según la profundidad, lo que le da un toque muy interesante. Los personajes son muy sencillos, pero están dibujados con gran acierto, y son muy característicos y divertidos. La música también es sencilla y un tanto repetitiva, pero tiene una peculiaridad que me encanta, y es que solamente suena cuando el protagonista se mueve. Además, cuando el juego aumenta la velocidad, también aumenta el tempo de la música.

Dig Dug es todo un clásico de la época arcade. Uno de los grandes primeros títulos creados por Namco, que a día de hoy sigue ofreciendo una jugabilidad sencilla pero muy adictiva. Si queréis un juego que os rete a superar el marcador de puntos, Dig Dug es un gran candidato.